jueves, 27 de septiembre de 2012

Entrevista de radio


Aquí os pongo el enlace de radio donde me entrevistaron en radiobunyol
para hablar del taller de inteligencia emocional y sobre mi trayectoria profesional.Os lo podeis descargar o escucuchar, muchas gracias.En;

La Ventana Solidarihttp://www.ivoox.com/ventana-solidaria-24-septiembre-2012-audios-mp3_rf_1448230_1.htmla 24 de septiembre de 2012logo de Radio Buñol
En el Podcast Un Radio de Sol en Mente y psicología
                                         
Sección de la Ventana Solidaria en nuestro magacine Un Radio de Sol, en el que entrevistamos a Mª Cruz Debón y Alicia Monzó acerca del taller práctico de psicología que se va a llevar a cabo en FUNDAR Chiva.
Género: Radio
Canal: Radio Buñol
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LOS EFECTOS DE LOS PORROS EN LOS ADOLESCENTES


 
ADICCIONES
Los porros destrozan el cerebro adolescente
LOS EXPERTOS URGEN A TRANSMITIR A LOS ADOLESCENTES LOS NUEVOS CONOCIMIENTOS CIENTÍFICOS SOBRE LOS DAÑOS QUE PUEDE OCASIONAR LA DROGA. ESTA SEMANA, SANIDAD PRESENTARÁ UN INFORME CON DATOS QUE INDICAN CÓMO DETRÁS DE ALGUNOS TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS Y DE COMPORTAMIENTO JUVENILES ESTÁN LOS PORROS
ISABEL PERANCHO
Ilustración de Victoria Martos
La investigación médica amenaza el estatus de droga blanda del que goza el cannabis y sus derivados, el hachis y la marihuana. Nuevos estudios están destapando su potencial tóxico particularmente entre un grupo de consumidores en ascenso: los adolescentes. La evidencia es cada vez más clara respecto a que fumar porros de forma habitual en esta etapa vital incrementa las probabilidades de desarrollar con los años un trastorno psicótico. A corto plazo, las consecuencias no son menos alarmantes. Se asocia a una alta tasa de fracaso escolar debido a problemas de memoria y de concentración y una mayor frecuencia de episodios depresivos y ansiedad. Las demandas de terapia por abuso de cannabis en menores se han disparado. A los centros acuden padres desesperados con un tipo de paciente desconocido hasta hace poco: niños de 13 años con problemas en el 'cole' y comportamientos agresivos.
Los expertos son claros. Si se quiere evitar en el futuro una epidemia de trastornos psiquiátricos hay que retrasar la actual edad de inicio en el consumo del cannabis, que se sitúa sobre los 14 años. Y las medidas deben adoptarse antes de que sea demasido tarde. Si es que no lo es ya. La delegada nacional del Plan Nacional de Drogas, Carmen Moya, reconoce la «preocupación» de este departamento por el creciente consumo de la sustancia entre los adolescentes y jóvenes españoles. La inquietud ha llegado al Ministerio de Sanidad que esta semana presentará un informe sobre las consecuencias médicas del abuso de este estupefaciente. «Está mitificado, se ve su aspecto lúdico, pero se omiten los problemas de salud que puede desencadenar para los que se inician a edades tempranas. La investigación nos indica que el pronóstico es sombrío para los que lo hacen antes de los 15 o 16 años», agrega Moya.
Los escolares patrios figuran entre los europeos que más porros fuman. Sólo les adelantan sus colegas de la República Checa, Francia y Reino Unido. En los últimos 10 años, el consumo de esta sustancia se ha duplicado entre los 14 y 18 años. Entre un 36% y un 43% de los estudiantes españoles reconoce haber tenido contacto con ella alguna vez y un 25% en el último mes, según los datos de dos macrosondeos, la Encuesta sobre Drogas a Población Escolar y el ESTUDES, realizados en 2002 y 2004, respectivamente, sobre una muestra de más de dos millones de alumnos de Secundaria.
En la mayoría de los casos se trata de consumos experimentales y esporádicos y se estima que sólo el 10% llegará a ser un consumidor habitual. Pero un 1% de los chavales interrogados en el ESTUDES admitía que fumaba entre dos y tres porros diarios, una cantidad que los expertos consideran de claro riesgo para un desarrollo cerebral saludable.
CEREBRO VULNERABLE
Fernando Rodríguez de Fonseca, investigador que coordina la Red de Trastornos Adictivos, es rotundo al respecto: «No podemos garantizar que el cerebro de un adolescente que consuma cannabis de forma habitual no vaya a ser vulnerable a ciertas patologías psiquiátricas». En los últimos tres años se han ido acumulando evidencias científicas que contradicen la imagen amable de esta droga ilegal, considerada menos tóxica que otros estupefacientes.
«Lo es en un organismo adulto. Y, precisamente porque sus efectos se consideraban poco graves, ha habido poco interés en estudiarlos», precisa el experto en cannabinoides Javier Fernández Ruiz, profesor de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
Los estudios recientes indican, no obstante, que las consecuencias pueden ser muy distintas para el cerebro de un adolescente, que se encuentra todavía en pleno desarrollo y maduración. «Hasta los 22 o 24 años no alcanza su máximo metabólico y funcional», indica Fernández.
La primera 'luz roja' se encendió a raíz de un estudio sueco que tras seguir a un grupo de 50.000 jóvenes durante 15 años comprobó que el riesgo de desarrollar esquizofrenia se multiplicaba por seis entre los que fumaban cannabis de forma regular a los 18 años.
Posteriormente, otros trabajos han confirmado la relación entre el uso habitual de la droga y un riesgo de dos a tres veces superior de sufrir esta grave dolencia psiquiátrica, así como otros trastornos psicóticos que se manifiestan con delirios, alucinaciones y alteraciones cognitivas y del comportamiento que interfieren con el desarrollo de una actividad normal.
Sin embargo, el peligro no es el mismo para todos. Los efectos neurotóxicos del cannabis son más acusados cuanto más precoz es el inicio en el consumo y cuanto mayor sea la cantidad que se fuma. «No hay una edad segura para empezar, aunque es cierto que el riesgo disminuye a medida que se cumplen años y es mayor si se fuma antes de los 16», advierte Marta Torrens, jefe de la Unidad de Toxicomanías del Instituto de Atención Psiquiátrica, Salud Mental y Toxicomanías del Hospital del Mar de Barcelona.
EDAD Y CANTIDAD
Torrens ha participado, junto con otros expertos, en el informe del Plan Nacional de Drogas que presentará la ministra Elena Salgado esta semana y en el que se avisa que el nivel de empleo de la sustancia también es clave. «Hay quien llega a los 20 porros al día y también tenemos chavales de 13 años que ya fuman uno a diario», señala José Luis Sancho, coordinador del Área de Menores del programa terapéutico-educativo de la Asociación Proyecto Hombre en Madrid.
«El consumo semanal ya puede resultar problemático», sentencia la especialista catalana. Y cuanto más se prolongue en el tiempo, aún peor. La mayoría de los jóvenes dejará de consumir a medida que se acerque a los 30 y empiecen a tener obligaciones laborales y familiares. Pero un 10% continuará haciéndolo de forma abusiva y los que empiezan más jóvenes y consumen diariamente tienen otra vez más papeletas para figurar en este grupo.
Los estudios que han seguido la evolución de los jóvenes habituales al cannabis han identificado ciertos rasgos que predisponen a sufrir trastornos mentales. Estos son más frecuentes en los que han manifestado de antemano síntomas psicóticos, asociados o no a los porros, y en aquellos con antecedentes psiquiátricos familiares.
Otro dato apoya la teoría de que existe una susceptibilidad individual que puede verse precipitada por el uso del estupefaciente. Se ha comprobado que los fumadores que portan una variante genética específica del gen COMT, que regula las concentraciones de un neurotransmisor implicado en el desarrollo de la esquizofrenia, tienen un riesgo 10 veces superior de sufrir la dolencia respecto a otros consumidores que no presentan esa alteración.
El hecho de que no todos los fumadores exhiban la misma fragilidad mental explicaría, por ejemplo, por qué la incidencia de esquizofrenia no ha crecido en la misma medida que el consumo de cannabis. Ahora bien, los especialistas recomiendan no infravalorar estos datos. Aunque los potenciales afectados sean una minoría, para Marta Torrens constituye un grave problema de salud pública. «De un riesgo de 0,7 casos de esquizofrenia por cada mil se pasa a 1,4 por mil si se fuma cannabis. Puede parecer poco, pero se trata de un trastorno muy serio. Se impone el principio de prudencia».
¿Por qué el cannabis resulta más dañino para el cerebro adolescente? «Las bases para explicar su mecanismo lesivo no están del todo claras, aunque la investigación en este campo es cada día más intensa», reconoce Javier Fernández Ruiz. Los consumidores buscan los efectos psicoactivos que provoca la sustancia (relajación, desinhibición, hilaridad...), que son debidos a la acción de su principal componente activo, el tetrahidrocannabinol (THC), sobre unos receptores específicos (receptores cannabinoides) emplazados en la superficie de las neuronas, las células del cerebro.
El primero de estos receptores (se conocen tres) fue identificado en 1990. Regulan la actividad de diversos neurotransmisores responsables de controlar la comunicación entre las neuronas y diversas funciones neurológicas. El cannabis puede interferir sobre este sistema de conexión celular al modificar el funcionamiento de ciertos neurotransmisores, como la dopamina y el glutamato, directamente implicados en el desarrollo de la esquizofrenia.
Así, se sabe que el THC puede incrementar la producción de dopamina y que la hiperactividad de este neurotransmisor se relaciona con el trastorno psiquiátrico. Por otro lado, se ha sugerido que los niveles de glutamato son más bajos en los afectados por la dolencia mental y la droga inhibe la producción de esta proteína. La acción del cannabis sobre un tercer neurotransmisor, la serotonina, también se ha vinculado con un mayor riesgo de trastornos depresivos y de ansiedad.
Al psiquiatra José Carlos Pérez de los Cobos, presidente de la Sociedad Española de Toxicomanías, le inquietan otros efectos menos severos pero cada día más frecuentes entre los consumidores más jóvenes. «Detrás de muchos fracasos escolares está el cannabis y eso nos debería poner en guardia y hacernos reaccionar», opina. Los propios estudiantes españoles reconocían en la encuesta de 2002 las consecuencias negativas de los 'canutos': problemas de memoria, tristeza, apatía o depresión, dificultades para estudiar o trabajar, absentismo escolar, trastornos físicos y conflictos con sus padres y hermanos.
FRACASO ESCOLAR
El mal rendimiento en el instituto fue precisamente lo que destapó la peligrosa relación de Pablo con los porros, un adolescente catalán que acaba de cumplir 18 años y lleva tres meses en un programa terapéutico en el centro de menores de Proyecto Hombre en Barcelona. Su familia cree que empezó a consumir con 15 o 16 años. Últimamente fumaba a diario, incluso lo hacía en casa.
«Le notábamos cambiado desde hacia tres años. No era el niño cariñoso de siempre, estaba nervioso, contestón, desobediente, no respetaba los horarios...», relata Paqui, de 48 años, su madre. La familia lo atribuyó al difícil tránsito de la adolescencia, un hecho que complica la detección del problema. «Primero le pillamos fumando tabaco y después su padre le descubrió una 'china' de 'chocolate', pero dijo que era de un amigo. El detonante fue una llamada de sus profesores avisando de que no iba a clase y que cuando lo hacía estaba 'fumado'. Se nos cayó el mundo encima», reconoce.
Lo más difícil fue convencer a Pablo de que lo que hacía podía perjudicarle. «Ellos lo fuman con toda tranquilidad porque no son conscientes de que suponga un riesgo, les divierte y piensan que no es malo para nada. Poco a poco se ha ido dando cuenta de la realidad», agrega.
La falta de percepción de peligro es una de las razones que esgrimen los expertos para explicar el alto nivel de consumo de la droga entre los más jóvenes y también uno de los principales motivos de alarma. Las encuestas escolares revelan que una cuarta parte de los alumnos considera que fumar de forma regular no produce problemas y muchos piensan que el riesgo es similar o inferior al del tabaco. Los expertos urgen para que se transmitan a los adolescentes los nuevos conocimientos científicos sobre el cannabis, pero se preguntan cómo hacerlo de forma suficientemente persuasiva.
 
·                           El cannabis, una droga no tan blanda
 



Las demandas de terapia también aumentan
 
Problemas escolares y de conducta, comportamiento violento (verbal y en ocasiones físico), deterioro de la autoestima, patología psiquiátrica, como depresión o brotes psicóticos, trastorno del control de los impulsos... Estos son los síntomas más comunes con los que llegan a los centros de deshabituación los consumidores de cannabis más jóvenes. La mayoría lo hace empujada por su familia, ya que no tiene conciencia de que su hábito cause problemas. Socialmente se ha menospreciado el riesgo de dependencia del cannabis, pero existe. Como también existe el síndrome de abstinencia, que se manifiesta de forma más leve y tolerable que el de otras drogas porque el organismo elimina el THC lentamente. Irritabilidad, ansiedad, disminución del apetito, cansancio, insomnio, dificultad para concentrarse son los signos habituales. La creciente demanda de tratamiento por abuso de esta sustancia da idea de la dureza de la droga 'blanda': se ha triplicado entre 1996 y 2001. En 2002 fue el motivo del 60% de las terapias por drogas notificadas en menores de 18 años. Al igual que en otras adicciones, abandonar el consumo no es sencillo. Tras entre seis (como mínimo) y 18 meses de psicoterapia, un 40% logra mantener la abstinencia pasados dos años. El problema es que la red asistencial para atender a los adolescentes dependientes es aún escasa.
 



¿Por qué ha crecido tanto el consumo?
 
Se citan varios motivos. Además, de la escasa percepción de sus riesgos para la salud, mencionan la accesibilidad de los adolescentes a la sustancia. Más del 71% de los chavales piensa que podría conseguirla fácilmente si quisiera. La proximidad de España a Marruecos, el principal productor de cannabis, favorece igualmente su amplia circulación. Para los jóvenes es fácil disponer de dinero y los porros les resultan muy asequibles, uno cuesta aproximadamente un euro. «Cambian el bollo de la merienda por el 'canuto'», dice la madre de un joven consumidor. Fumarse unos 'petas' forma parte de la cultura de ocio y consumismo que impera en la sociedad en general. «Siempre dan premio, con ellos se lo pasan bomba. ¿Qué les ofrecemos para competir con eso?», se pregunta José Luis Sancho, psicólogo de Proyecto Hombre, asociación que cumple este año su vigésimo aniversario. Curiosidad, experimentar nuevas sensaciones y divertirse son las razones que esgrimen los escolares que han decidido probar el hachís o la 'maría'. Forman parte de un estilo de vida en el que prima pasarlo bien. «Nuestro objetivo es romper esta percepción, que reciban la información precisa y conozcan sus riesgos», apostilla Carmen Moya.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Intervención Psicológica en catástrofes.

Curso de Intervención y Atención Sanitaria en Catástrofes.

El pasado día 20 de septiembre de 2012 se realizo la segunda edición del curso básico, gratuito, de TESSINF de Intervención y Atención Sanitaria en Catástrofes, en las instalaciones de Fundar Chiva, con una asistencia de 47 participantes.
El motivo de realizar esta serie de cursos es que todos estemos preparados para una intervención adecuada en catástrofes, ampliar conocimientos y coordinarnos mejor ante este tipo de situaciones.
En esta edición acudieron diversas agrupaciones de Protección Civil de la Comunidad Valenciana y de otras asociaciones, así como voluntarios de TESSINF.
Nuestro agradecimiento a Fundar Chiva, a su responsable, M. Cruz Debón, a la Psicologo Alicia Monzó, voluntaria del telefono de la Esperanza (la cual intervino en el curso para indicarnos unas pautas practicas en el uso de la Inteligencia Emocional en catástrofes) a todas las agrupaciones de Protección Civil y a todos los asistentes al curso.







Ahí podeis verme en acción,ya pondré más fotos con mejor calidad.Hicé una intervención dando una charla sobre la asistencia psicológica en catástrofes.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

RELACIONES ENTRE PADRES E HIJOS.

Aquí teneis lo que me habeis pedido.
Básicamente, el DETERIORO EN LA RELACION PADRES-HIJOS, son las DIFERENCIAS EN VALORES Y CREENCIAS. Los padres y los hijos adultos que suelen estar de acuerdo sobre cómo manejar el dinero, criar hijos, sus tipos de amigos y socios, creencias religiosas, y otros valores, tienen a menudo menos dificultades en sus relaciones. Los padres mayores pueden tener que enfrentarse a su envejecimiento, su delicada salud, su retiro, o su mudanza, y sus hijos deben asumir que ellos (sus padres) están más viejos y no pueden hacer tanto como querrían, por lo que pueden necesitar alguna ayuda por parte de sus hijos. Esto puede suceder justamente cuando los hijos adultos se están ocupando de su propia mudanza, de una mayor responsabilidad en su trabajo, y están cuidando a sus hijos, lo que deja menos tiempo para proporcionar a sus padres.
Las diferencias en las expectativas de los padres hacia sus hijos, y los objetivos y el comportamiento de los propios hijos, pueden ser una fuente de tensión. Los hijos pueden también alcanzar todo lo que esperaban sus padres, pero en su relación puede faltar afecto, calor, respecto, una comunicación abierta, y honradez. Los hijos adultos pueden también a su vez tener diferencias con las expectativas en el comportamiento de sus propios padres. Los padres pueden no lograr proporcionar una ayuda financiera solicitada por sus hijos, o pueden interferir en las vidas de sus hijos. Puede que tampoco estén disponibles para ayudar en la crianza de sus nietos. El resultado, puede ser la decepción mutua.Hay que aceptar la realidad y aceptar a las personas como son, no nos van a dar lo que nunca nos han podido dar.Si entendemos esto, los miramos a nuestros padres desde otra óptica, desde la comprensión.Ellos necesitan cada vez más nuestra ayuda y si no tenemos nuestros conflictos con ellos superados puede ser muy díficil prestarles la ayuda de una forma adecuada y con agrado, (se puede acudir a una terapia para superar traumas del pasado.

En la familia se crean unos roles muy estereotipados y a veces es difícil salir de ahí, por ejemplo si yo he hecho de madre de mi madre,me puede costar mucho querer ser la hija, o soy la fuerte para ellos si estoy enferma puede que no me lo permitan porque no están acostumbrados a eso.La comunicación también puede estar viciada,alguien tiene que cortarla y poner de su parte para que cambie a mejor si esta no es buena.
Los padres cada vez que se van haciendo mayores se vuelven más egoístas y "cuadriculados" en el sentido de que tienen su vida hecha y a veces cuando van a visitarles parece que les moleste porque ellos llevan su rutina.
Construir y mantener lazos intergeneracionales sanos, puede dar a las personas y sus familias la posibilidad de acceder a un mayor conocimiento, respeto, y aprecio entre los unos y los otros. Las habilidades para entender las diversas necesidades, proporcionan también una importante herencia a las generaciones futuras, que también tendrán que ocuparse de las transiciones y de las tensiones de la vida.
Por lo tanto ACEPTACÍÓN, RESPETO,COMPRENSIÓN Y MUCHO AMOR.

lunes, 10 de septiembre de 2012

DESPUÉS DEL VERANO SE HABLA DE...



Separaciones tras el verano.


Parece ser que uno de los periodos del año en el cual aumentan las separaciones y los divorcios es tras las vacaciones estivales.

 Tras haberse estado quejando durante meses por la falta de comunicación y el poco tiempo para compartir, ¿qué les pasa a las parejas cuando por fin pueden estar juntas después de haber estado todo el año corriendo casi sin contacto?

 Compartir el tiempo y el espacio cuando la relación está muy deteriorada, en lugar de proporcionar una segunda oportunidad para solucionar los conflictos ya existentes, empeora la situación abocando a la pareja a buscar su disolución como tal.

Algunas parejas estaban convencidas de que el desasosiego era producto de la rutina cotidiana, de que su falta de comunicación era un simple fruto de la incompatibilidad horaria y de que la distancia entre ambos no era más que el resultado del cansancio.Se añade compartir el tiempo con los hijos y su crianza,que también es motivo de conflicto. 

 En estos casos, una vez desaparecidos los “supuestos” inconvenientes, se evidencia la cruda realidad: la pareja está en crisis.

Es posible que se den cuenta de que no tienen nada agradable que decirse, que las posibles aficiones o proyectos comunes que alguna vez tuvieron hayan desaparecido, o que la mutua compañía no les satisfaga y la apatía les embargue. También es posible que las discusiones achacadas al estrés se sigan repitiendo ahora por motivos nimios, que vean las cosas de maneras completamente opuestas e irreconciliables y ambos se crean poseedores de la razón absoluta.

 Otras parejas, conscientes de que su relación no funciona, quizás crean que la relajación estival puede ayudar a “cambiar actitudes”, propiciando el acercamiento y reavivando las brasas del amor y la pasión. Sin embargo, están  tan “quemados” y resentidos por la insatisfactoria situación que llevan arrastrando durante tanto tiempo  que, probablemente, tengan un gran listado de agravios recibidos, algo que les mantiene convencidos de que su implicación en todos los hechos desagradables no es más que una reacción “lógica y sensata”, resultado de las agresiones sufridas; por lo tanto, quien realmente debe “cambiar” de comportamiento es el otro. Dicen en voz alta que ellos “ya” ponen todo de su parte.

 Este “YA” es como una espada, un hierro al rojo vivo que se introduce sin piedad en las entrañas del otro, ese “otro” que se siente igualmente agraviado y agredido.

 Su actitud no cambia, simplemente están a la espera, ojo avizor, vigilantes, expectantes, dispuestos a señalar cualquier pequeña acción o palabra que confirme su aseveración de que “el otro es el culpable”.

 Esta supuesta intencionalidad y predisposición para encontrar una solución con la que empiezan las vacaciones, no existe. Creen intentarlo pero, realmente, sólo desean confirmar su inocencia, liberarse de la responsabilidad que conlleva ser coparticipe del desastre al que se sienten abocados.
Sin ayuda, es muy difícil sobreponerse a esta “guerra de gallos”.

 Las parejas sanas establecen lo que se llama una relación simétrica, es decir, una relación entre iguales donde, además de amor, existe cooperación y compañerismo. Jerárquicamente, ambos miembros son iguales, no hay uno más importante o superior al otro. Cuando aparece la competencia o la rivalidad es cuando estas relaciones se vuelven disfuncionales, dañinas.

 El desequilibrio aparece cuando una acción tras otra se convierte en una guerra para demostrar quién es más o quién tiene la razón. Llega un momento en el cual no importa el motivo, simplemente están pendientes de demostrar su preponderancia por encima del otro.

 Ambos están tan implicados y con tal caudal de resentimiento que por sí solos no pueden deshacer el círculo vicioso en el que se hallan inmersos. Por muy buena intención, por muchas ganas que tengan de conseguirlo, sin ayuda externa, imparcial y profesional, es imposible controlar esta dinámica; está ya tan instaurada en su funcionamiento cotidiano que parece tener vida propia y desatarse automáticamente.

 ¿Cómo se llega a esta situación?  Lo único cierto es que, sin saber cómo y sin darse cuenta, hay parejas que llegan a este punto sin retorno.

De todos modos, podríamos fijarnos en algunos aspectos que quizás nos ayudarían a no caer tan fácilmente en esta tela de araña:

1-Responsabilidad: Recordar siempre que el otro no nos hace nada; somos nosotros los que interpretamos como ataques algunas de las afirmaciones o algunos hechos. La otra persona simplemente dice o actúa según su momento, según sus necesidades y, cómo no, según sus deficiencias.

 2- La relación es cosa de dos: Todo lo que sucede en la relación de pareja no es fruto de la actuación de uno solo de sus miembros. Tanto sea por acción como por omisión, tu implicación está asegurada; antes de aseverar tu inocencia recuérdalo. No eres culpable de nada, al igual que tampoco lo es tu pareja, pero ambos sois responsables de todo lo que os suceda.

 3-Empatía: No hay que olvidar que la otra persona siente y padece como tú. Recuerda siempre que las mismas situaciones o palabras que a ti te duelen, suelen dolerle a tu pareja también. “no le hagas al otro lo que no quieras para ti mismo”.

 4-La confianza y las licencias que nos otorga: Del mismo modo que la confianza con nuestra pareja nos da la libertad de mostrarnos tal cual somos, sin tapujos ni ambigüedades, entraña un grave peligro y es que nos hace perder el control y apropiarnos del derecho a hacer comentarios sin ningún tipo de censura; estos, en lugar de ser críticas constructivas hechas desde el amor y con el objetivo de ayudar, se vuelven fácilmente afirmaciones mordaces y  destructivas. Decir lo que uno piensa a alguien con total confianza no nos da el derecho a escupir cualquier cosa,  porque las palabras duelen y se asientan en nuestro interior creando heridas llenas de resentimiento. Porque, a pesar de lo que muchos creen, las palabras no se las lleva el viento, sino que se asientan en el corazón cargándolo de hiel.

5-Confrontación asertiva: Por mucho que grites no tendrás más razón, ni tu pareja te hará más caso. Exponer las quejas o las desavenencias desde la calma y sin ataques personales, propicia el entendimiento mucho más que los gritos y las acusaciones. No es lo mismo decir: “para variar no has comprado las cosas de la lista que te di; solo piensas en ti mismo, eres un egoísta y estoy más que harta”, que expresarse de este modo: “me gustaría que hicieses la compra, te di la lista esta mañana para hacerlo; cuando se te olvida, me molesta porque imagino que no te preocupas por las cosas comunes y tengo la sensación de que me cargo con todo el trabajo de la casa. Me gustaría que me ayudases y lo hicieras”.

 Desde este lugar se puede hablar, cambiar opiniones y llegar a acuerdos, ya que se habla del problema, no se ataca a la persona.
Para poder restablecer una relación sana de pareja es necesario un esfuerzo por ambas partes y sentir, todavía, un sentimiento amoroso el uno hacia el otro. Si, por el contrario, el amor terminó o no existe una verdadera voluntad de cambio, ni las vacaciones más maravillosas serán capaces de restaurarla.

 Si tienes alguna duda o te interesa tratar algún tema en concreto puedes contactar conmigo por teléfono o correo electrónico.Gracias.

viernes, 7 de septiembre de 2012

6 consejos para afrontar una crisis por pérdida de empleo

6 consejos para afrontar una crisis por pérdida de empleo

Juan Manuel Martín /Alicia Monzó
Psicólogos del Teléfono de la Esperanza
Aunque el hecho de tener trabajo no hace a las personas más felices, está demostrado que no tenerlo es causa de infelicidad. El trabajo representa, no sólo una forma de ganarnos la vida, sino que pone orden en nuestro día a día y da sentido a nuestra existencia, puesto que se trabaja para dar un servicio a alguien y en ocasiones, podemos ver el efecto satisfactorio que produce sobre quien lo recibe. Hago esta introducción para resaltar que en estos momentos de crisis económica y social, también la pérdida del propio empleo, supone una crisis personal, individual.



¿Qué hacer cuando recae sobre uno mismo la crisis económica y nuestro trabajo peligra o lamentablemente, lo perdemos o lo dejamos?

Aunque hay un período de crisis y adaptación, de las crisis se sale fortalecido si hemos aprendido la lección, todo son oportunidades para ser mejor personas y aprender.No dejes que tu autoestima baje por el trabajo, aunque repercute en muchas áreas, reestablece tu vida sacando lo aprendido, por ejemplo si no has ahorrado ahora tendrás que ahorrar para cuando vengan malos tiempos.Ocupar el tiempo con amigos, hacer tareas pendientes y fortalecerte tú como persona sobre todo.El trabajo es importante pero a veces es fruto de muchos conflictos sobre todo si no haces lo que te gusta, o estás a disgusto.La vida son oportunidades para mejorar y avanzar si sabemos aprovecharlas.
Confianza. Lo primero es intentar conservar la calma. No se hunde el mundo, no es un fracaso personal. Si hasta ahora hemos demostrado ser profesionales eficientes, capaces, voluntariosos, también debemos confiar en nuestra capacidad de adaptarnos a nuevas situaciones laborales. Es un buen momento para pararte y centrarte en lo que realmente quieres hacer o has estudiado.Seguir formándote o incluso abrir tu propia empresa.


EN LO PERSONAL: PSICOLOGÍA POSITIVA. Podemos dedicar parte del tiempo que nos queda a investigar lo que en Psicología positiva se denominan fortalezas personales, descubriéndolas y profundizado en ellas, puede mejorar nuestra calidad de vida y abrirnos nuevos caminos profesionales. Están dividas en seis tipos que a su vez se pueden subdividir.
  • 1.Sabiduría y conocimiento: Implica la adquisición y uso del conocimiento; creatividad, curiosidad, deseo de aprender...
  • 2.Coraje: Consecución de metas ante situaciones de dificultad externa o interna; persistencia, integridad, vitalidad...
  • 3.Humanidad: Cuidar y ofrecer amistad y cariño a los demás; amor, amabilidad...
  • 4.Justicia: Conlleva una vida en comunidad saludable; responsabilidad social, lealtad, trabajo en equipo...
  • 5.Moderación: Nos protege contra los excesos; humildad, prudencia, autocontrol...
  • 6.Trascendencia: Provee de significado a la vida; gratitud, esperanza, espiritualidad...
EN LO LABORAL: UN MUNDO CAMBIANTE. Nuestra ocupación a lo largo de varios años nos ha hecho diestros en ciertas habilidades, pero quizá también hemos olvidado algunas otras o tengamos que aprender nuevas destrezas.
En primer lugar, los conocimientos informáticos son los más demandados hoy en el mercado laboral. Usamos el ordenador como entretenimiento: correo electrónico, redes sociales, búsqueda de información..., pero hay otros aspectos en los que podríamos mejorar: ofimática, diseño gráfico, diseño de páginas web, programas específicos para ciertas ocupaciones... Si, hasta ahora el mundo de la informática nos ha sido ajeno, debemos aproximarnos a él sin complejos, sintiéndonos tan capaces como el que más: “Si crees que puedes, tienes razón, pero si crees que no puedes, también tienes razón”.
Otra demanda del mundo laboral actual son los idiomas. Es complicado a cierta edad, iniciarse en el conocimiento de idiomas. Más bien lo conveniente sería mejorar el nivel del idioma que se estudió en los años escolares: inglés o francés. Si hay que partir de cero, mejor un idioma que tenga similitudes con el propio, como el italiano, portugués, que otros de más difícil comprensión gramatical como el alemán, árabe o ruso, pero todo es ponerse. El alemán es un idioma que está siendo muy demandado desde que muchos españoles están optando por buscar su futuro en Alemania.
No hay que descartar la posibilidad de encontrar trabajo en un lugar distinto a donde se habita. Antes de emprender una aventura laboral en un país extranjero con idioma y costumbres distintas, puede tener mayor viabilidad plantearse la movilidad regional o nacional. Si acabamos trabajando en una región con idioma propio, debemos abrirnos al conocimiento de ese idioma, lo que facilitará nuestra integración.
Una opción muy actual es la de emprender un negocio o actividad por cuenta propia. En la situación de crisis en la que vivimos son miles de personas la que están formándose en proyectos con los que crear su pequeña empresa o su puesto de trabajo autónomo.



Flexibilidad. Una realidad que hay que aceptar, es que la época de los salarios altos y el trabajo fácil (si alguna vez la hubo) ha terminado. Las exigencias son altas y los salarios son cada vez más bajos, por lo que una alta pretensión en este aspecto, dificultará nuestra reinserción laboral. Ya habrá ocasión de reivindicarnos laboralmente cuando la situación económica mejore.


 
EN LO SOCIAL: FAMILIA Y AMISTADES. Es el momento de reencontrarnos con la familia, amigos y abrirnos a nuevas amistades que amplíen nuestra red social, porque la extroversión y la amistad, está demostrado que aumentan el bienestar subjetivo (felicidad) de la mayoría de las personas.

Autoestima: seguimos siendo igual de válidos y útiles aunque no vayamos a trabajar, dejar un trabajo puede ser el trampolín a encontrar otro mejor,más acorde con mis valores o estudios.

Voluntariado. Puede ser un buen momento para colaborar en cualquier voluntariado, si no en lo económico, pues no corren buenos tiempos.
Seamos realistas dedicando unas horas a la semana, lo que nos proporcionará gratificaciones personales y puede ser la ocasión para conocer personas que tienen intereses comunes a los nuestros, con los que se pueden establecer lazos de amistad y ayuda mutua.
Para terminar, una idea de W. G. Ward (escritor y teólogo inglés)
“El pesimista se queja del viento. El optimista espera a que cambie. El realista ajusta las velas”


 


miércoles, 5 de septiembre de 2012

PRÓXIMO TALLER DE INTELIGENCIA EMOCIONAL


 
Hola a todos/as. Os informo del Taller gratuito de FUNDAR Chiva en breve, dirigido a voluntarios, que se impartirá el próx. 27 de Septiembre en el nuevo Centro de Jubilados de la Pl. de las Artes Chiva: Taller de Inteligencia Emocional, impartido por Alicia Monzó, Psicóloga y Terapeuta. Adjunto la ficha de inscripción al mismo por si resultase de vuestro interés. Las plazas son limitadas por lo que se tendrá en cuenta las demandas por orden de inscripción hasta agotar las mismas( la ficha se debe cumplimentar y guardar antes de adjuntarla para remitímela).
Gracias. Un saludo.
                                             
TALLER DE  INTELIGENCIA EMOCIONAL

 Impartido por Alicia Monzó-Licenciada en Psicología.

 (27 de Septiembre- de 16,00 a 20,00 horas en el Hogar del Jubilado de Chiva)
   ABIERTA INSCRIPCIÓN

Destinatarios: Voluntarios y personal contratado en Asociaciones sin ánimo de lucro de la Comunidad Valenciana registradas en FUNDAR.

 Descripción: El objetivo principal del curso consiste en conocer lo que es la Inteligencia Emocional: es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos. Es sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos y el conocimiento para manejarlos.

Temario:

Módulo I
1-Introducción teórica, origen y definición. Sentimientos y emociones.
2-Pase video alfabetización emocional.
3-Ejercicio vivencial: sintiendo las emociones y puesta en común.
 Módulo II
1-Explicación teórica  de Cómo canalizar las emociones.
2-Ejercicio práctico para canalizar la frustración y puesta en común.
3-Explicación teórica sobre cómo canalizar la ira y ejercicio
práctico. Puesta en común.
4-Cuento y ejercicio  final.

(*)Más información e Inscripciones en FUNDAR Chiva-
Dr. Corachán, 2-Edificio Casa de Cultura.- 96 252 16 01. chiva@fundar.es
 

¿PARA QUÉ SIRVE UN PADRE?

¿Para qué sirve un padre?

 

En las últimas décadas ha surgido una nueva forma de paternidad. Una auténtica conquista, pero también una fuente de conflictos. Analizamos estos cambios y cómo los vivimos.




Los que han tenido un padre que les ha querido tanto como para desear acompañarles en su crecimiento y les ha guiado en las primeras etapas de la vida, saben el tesoro que guardan en su mundo emocional. El padre es el primer hombre en la vida de una mujer y marca la relación que tendrá con los que vendrán después. Para un niño, es el modelo sobre el que se identificará para sentirse firme en el mundo.

Tanto la imagen del padre como la forma de ejercer la paternidad han ido cambiando con el tiempo. Aunque se escuchanquejas sobre el poco espacio que los hombres dedican a las tareas cotidianas del hogar, incluida la educación de los hijos, lo cierto es que los nuevos padres existen y se relacionan con su descendencia de forma distinta a la tradicional. Ahora bien, en esta nueva forma de ejercer la paternidad pueden surgir conflictos. Algunos de ellos llevan su tarea demasiado lejos, colocándose en el lugar de la madre, culpabilizándola o provocando rivalidades. En estos casos su forma de ejercer la paternidad les sirve para expresar sus frustraciones.

Cuando salió de la consulta de la pediatra, Marta se sentía incómoda pese a que le habían dicho que su hija ya no tenía anemia. El malestar procedía de que Pedro, su marido, no le había dejado abrir la boca. Desde que nació su hija, Pedro, que no tenía trabajo, se había hecho cargo de la niña. No la soltaba un minuto y lo que al principio resultaba enternecedor estaba empezando a convertirse en incómodo. Marta agradecía cómo cuidaba de la niña, pero que ella trabajara no significaba que no supiera lo que le pasaba a su hija. Tenía la impresión de ser una madre indigna, pues Pedro la trataba como si no supiera nada de su hija. Marta no conseguía encontrar su sitio cuando llegaba a casa. El matrimonio se separó dos años más tarde y fue entonces cuando Marta pudo establecer una relación normal con la niña. Se sentía liberada y ya no creía que era la peor madre y él el mejor padre.

Según el pediatra francés Patrick Ben Soussan, cuando con su implicación el padre quiere sustituir a la madre se produce el conflicto. Él puede estar muy presente en el cuidado del bebé y esto no plantea ningún problema si se trata de una elección que no intenta escamotear su papel como padre, si lo hace cuando esos cuidados no los promueve un deseo de sustituir a la madre por rivalidad o para ajustar cuentas con su propio padre o por carencias infantiles. Un padre-madre que hace demasiado o que no sabe decir 'no' promueve angustia y conflictos en el hijo. Este buscará otros modelos fuera de su familia: un profesor al que admirar o la propia madre, que también puede representar la ley, unas normas imprescindibles para el psiquismo humano en formación y que se refieren a poner los límites adecuados, para que la subjetividad se organice sin demasiados conflictos.

Para Marcel Rufo, psiquiatra infantil francés, los nuevos padres se permiten un lado maternal que favorece la relación. Ahora bien, señala que esto es bueno siempre que sean capaces de asumir la diferencia con la madre. Cuando convierten el cuidado del bebé en una cuestión en la que hay que hacerlo todo a medias ("tú le has dado un biberón, yo le doy otro"), es porque no aceptan que la madre sea ella. Este especialista asegura que este tipo de padres excesivos se ven con frecuencia en los divorcios conflictivos. Para la mujer esta situación es terrible. No solo pierden a su enamorado, sino que ganan un enemigo. El padre debe dar apoyo a la madre en su misión, debe arropar y proteger a los dos, pero sin ocupar el lugar de la madre y confiando en que ella cuidará bien al hijo.

COSA DE DOS

Un hombre puede hacer todo lo que hace una mujer por un hijo, la cuestión es cómo lo hace. Tiene que quedarse en su sitio de hombre. Según Marcel Rufo, si compite con ella, el niño tendrá problemas con su propio cuerpo y es posible que desarrolle comportamientos impulsivos e hiperactivos. Los padres no deben abusar de su recién estrenado poder doméstico y las madres no deben tener miedo a que se invada su espacio. Cuando ello ocurre, si es posible, conviene negociar. De ese modo se ahorrarían muchos conflictos y ambos podrían vivir mejor su nueva función. El esfuerzo que realizan los nuevos padres tiene tanto valor como el de las mujeres que luchan por compatibilizar el trabajo con la maternidad, ambos ganan cuando cada uno respeta la función del otro.

FUNCIÓN PATERNA

EL hombre-padre colabora para separar al hijo de la madre.

  • El padre ayuda a la hija a realizar conquistas culturales y a sentirse bien consigo misma. Sirve para ordenar el mundo y afirmar su identidad. Si la función paterna se resuelve bien, la relación con otros hombres será segura y no se crearán vínculos de sometimiento.
  • Al hijo, su padre le sirve de soporte para tener una identidad masculina firme, lo que le conducirá en el futuro a mantener con la mujer una relación gratificante porque no le tendrá ni miedo ni odio.
  • Cualquier hombre que desee acompañar en su crecimiento a un niño o a una niña puede hacerlo. La paternidad está más cerca de la psicología que de la biología.

 

martes, 4 de septiembre de 2012

EL SILENCIO DE LOS ADOLESCENTES

                    EL SILENCIO DE LOS ADOLESCENTES
  • Durante la adolescencia, el silencio puede ser un síntoma de que el joven está profundamente herido y hay que averiguar qué le hace daño.

"No nos habla". "Ya no puedo comunicarme con él". "Se encierra en su cuarto". Es habitual escuchar a los padres frases como estas. La llegada de la adolescencia cambia la atmósfera afectiva dentro de la familia. Uno de los cambios que primero muestran los jóvenes es la necesidad de intimidad. También se altera la forma de comunicarse.

Álvaro ha dejado de hablar a sus padres. Tiene 14 años y, en apariencia, le importa un bledo lo que le dicen. Sus calificaciones escolares son tan malas que va a tener que repetir curso. En realidad, nunca ha sido buen estudiante. Sus padres no saben qué hacer. Han decidido llevarle a un tratamiento. Álvaro está ausente en clase y no estudia. Solo escucha música, se pasa el día con los cascos puestos, dice que es lo único que quiere oír. Parece como si estuviera realmente en otra parte. Lo primero que dice en el tratamiento es que sus padres no le entienden. Al comenzar a hablar de su pasión por la música, va comprendiendo que desea sentirse más valorado, sobre todo por parte de su padre, que solo le habla de sus malas notas y se refiere a la música como una tontería. Su falta de confianza en sí mismo es muy grande. Sufre por ello y ha escogido 'huir', es decir, no hablar más de lo que le hace sufrir: sus fracasos. La mayoría de las discusiones familiares giran en torno a sus resultados escolares. 'Comunicar' no es algo que se pueda decretar sin más. Los obstáculos en la comunicación expresan las contradicciones que vive el joven y que generan tensiones con la familia. La principal contradicción es que siente el deseo de ser autónomo sin dejar de mantener los lazos con sus padres. Esta paradoja de necesitar a aquellos de cuya dependencia desea liberarse no puede ser directamente identificada por el adolescente pues se sitúa a un nivel inconsciente.

Palabras contra la angustia

El adolescente está cambiando, convirtiéndose en otro. Esta mutación pone en peligro el amor que siente por sus padres y el que ellos le profesan. Necesita ser escuchado y comprendido en profundidad, pero ¿cómo expresar lo que tiene que decir? Ni él mismo lo sabe. Su cuerpo, sexualidad, escolaridad o aficiones constituyen puntos de referencia que le hacen sentir que conserva aún un punto de unión con su entorno en un momento en que duda de la existencia de este lazo. El diálogo con sus padres le demuestra que puede seguir ocupando el mismo sitio. Necesita sentir que la confianza y la seguridad de que disfrutaba no se han roto y que el ambiente familiar se puede salvaguardar. Cuanto más flexible sea la comunicación, más fácil será establecer una relación. La búsqueda del equilibrio entre un torrente de palabras (que ocultaría lo esencial) y un silencio agobiante (que no tendría en cuenta al otro) es una tarea tanto del joven como de sus padres. Mantener un opresivo silencio o, a la inversa, una incesante comunicación, expresa angustia e incomprensión. De ahí esa queja tan común y desesperada: "¡No me comprendéis!". ¿Qué padre no ha escuchado alguna vez este reproche, pronunciado generalmente de forma violenta por parte del adolescente antes de desaparecer tras la puerta de su habitación? Con estas palabras hace ver su necesidad de afirmarse. Al romper el diálogo de esta manera, está manifestando su deseo de controlar la distancia que quiere poner con sus progenitores sin comprender la complicidad que le une a ellos.

Sin extremos

Hay que recuperar en otro momento esa conversación interrumpida. Lo que peor soporta el adolescente es la ausencia de discusión con sus padres. En esa necesidad de comunicación se puede pasar horas en un debate que se repite sobre un mismo tema: discusión filosófica, religiosa, política, musical, deportiva… Al tratar de continuar con ese diálogo imposible, el joven satisface dos necesidades contradictorias: la de provocar a sus padres y afirmar su diferencia; y la de mantener el lazo de unión con ellos. Lo más difícil para él es la posibilidad de diferenciarse sin sentirse rechazado. Cuando el padre o la madre quieren parecerse a él, convirtiéndose en camaradas, le ponen más difícil la posibilidad de diferenciarse. En el extremo opuesto estaría la severidad del "tiene que escucharme". Esta actitud conlleva cierta hostilidad y no permite el diálogo sino que conduce a renunciar y huir. Entre estos dos extremos, los padres tendrán que aceptar la idea del diálogo. Deberán mantenerlo aunque este rara vez será satisfactorio. No deberían renunciar a sus convicciones, partiendo de la base de que su hijo, en un determinado período de la adolescencia, no aceptará estas ideas aunque las necesita para definir mejor su propio pensamiento.

LAS PALABRAS, diálogo insight

Existen diferentes niveles de compresión y de calidad cuando se produce un diálogo. De hecho, se distinguen tres tipos de diálogo: informativo, interactivo e insight:
  • El diálogo informativo consiste en intercambiar informaciones, se trata de una comunicación neutra, que sería, por ejemplo, la de la educación en el sentido restrictivo de la enseñanza.
  • El diálogo interactivo tiene por finalidad intercambiar sentimientos, emociones, afectos. Se trata de un intercambio vivo que sería la forma ideal del diálogo educativo.
  • El diálogo de insight podría definirse como un diálogo informativo sobre uno interactivo, es decir, una conversación que posee la capacidad de captar los afectos y, al mismo tiempo, de informarse de ellos en el momento en que tiene lugar.
LAS CLAVES

En el tono del diálogo no conviene que dominen la camaradería, la severidad o la hostilidad. Los padres no son amigos ni jueces ni enemigos.
  • Hay que estar atentos a lo que se le dice y a la manera en que se le dice. No hay que dar consejos demasiado rápidamente ni ser críticos.
  • Podéis empezar haciendo observaciones concretas y cotidianas ("Parece que tienes un mal día"...); de este modo le invitáis a hablar.
  • En algunos casos, el problema no es de confianza, sino de tiempo. Si ese es vuestro caso, tenéis que buscar ciertos momentos de disponibilidad.

lunes, 3 de septiembre de 2012

LOS PADRES VACÍOS

Aquí os pongo un artículo muy interesante a la hora de educar a los hijos,espero que os guste.


Artículo de Josë Luis Cano Gil
                              Los padres vacíos

Los interesados en la psicología profunda conocemos bien la necesidad indispensable de unos padres sanos y amorosos para el desarrollo de unos hijos igualmente sanos y felices. Hay, sin embargo, un tipo de padres sanos y amorosos que también pueden producir graves neurosis en sus hijos, lo que, en principio, parece desconcertante. Pero, si describimos con detalle a este tipo de progenitores, que llamaremos padres vacíos, comprenderemos fácilmente la paradoja.
Los padres vacíos no sufren necesariamente ningún problema neurótico serio, aman y se preocupan activamente por sus hijos, les ofrecen todo lo mejor a su alcance -cuidados excelentes, la mejor comida, ropa, estudios, caprichos, consejos, viajes, dinero, etc.-, y se angustian ante la menor dificultad de sus retoños. Afirman con legítimo orgullo que sus hijos son "muy deseados" y que "quieren lo mejor para ellos", por lo que toda su vida se entregan a todo tipo de esfuerzos y sacrificios "por el bien" de aquéllos... Confían plenamente en los frutos futuros de su abnegación, incluso esperan cierta gratitud por ella, y aguardan los resultados...
Pero, a menudo, algo falla incomprensiblemente. De repente, estos niños "privilegiados", a veces desde sus primeros años, se sienten extrañamente agitados, ansiosos, agresivos, depresivos, temerosos, desmotivados, dependientes, inmaduros, sin autoestima, incapaces, llegada la juventud, de afrontar con éxito la vida. No logran experimentar amor o gratitud -salvo superficialmente- hacia sus sacrificados padres, que se sienten perplejos y angustiados ante la inesperada situación. Muchos acusarán a sus hijos de "mimados", "egoístas" o "ingratos", o creerán que sufren una "enfermedad mental". La explicación, sin embargo, es muy distinta, y también muy simple: estos niños son "raros" porque su corazón está helado, anémico de ternura, carcomido por el desamor. ¿Cómo es esto posible?
Los padres vacíos aman, en efecto, a sus hijos sincera y bienintencionadamente, pero únicamente a través de actos físicos (conductas, cuidados, bienes materiales), y casi nunca psicoafectivos. Careciendo de "inteligencia emocional" -tan de moda hoy-, aman sólo a través de representaciones del afecto (comportamientos protectores) pero no del afecto mismo (empatía, intimidad, cariño, caricias, tiempo y juego compartido, etc.). Su amor es, así, exclusivamente práctico, plano, frío, parcial, emocionalmente vacío. Suelen ser padres abrumados desde niños por duras condiciones psicosociales y económicas (posguerra, pobreza, emigración, penalidades laborales, enfermedades, estilos de vida autofrustrantes, etc.) que, para sobrevivir, tuvieron que aprender a reprimir drásticamente sus sentimientos, centrarse en las conductas "adecuadas" y convertirse en secos autómatas, sin tiempo para los afectos. Los padres vacíos no son principalmente neuróticos (aunque también pueden serlo), sino víctimas sociales, trabajadores anónimos, piezas numeradas de la rígida maquinaria social. Por eso temen y evitan los sentimientos y, en realidad, todo aquello ajeno al duro caparazón que los protege. 
El resultado es que sus hijos se sienten cuidados -como alumnos de una escuela-, pero aislados y desvalidosemocionalmente. Sus corazones no logran acumular calor, cariño, vinculación, confianza, seguridad, autoestima; de hecho, ni siquiera ven a sus padres la mayor parte del día, pues éstos siempre están ocupados o trabajando "por su bien". Ante semejante esfuerzo parental, ¿qué niño se atreverá expresar su protesta, su dolor, su rabia? Sus sentimientos no sólo desconcertarán y aterrorizarán a sus padres (que están castrados), sino que él mismo se sentirá insoportablemente injusto y culpable por criticar a unos padres tan heroicos. De este modo, callará, aguantará, tragará, se resignará... e incluso se esforzará por ser un "buen chico/a". Hasta que el dolor secreto llega a ser tan grande que se transforma en síntomas neuróticos (hiperactividad, depresión, ansiedades, inadaptación, etc.) y entonces los padres vacíos, confusos y angustiados, llevan al hijo/a a un psicólogo conductista -es decir, reeducador del comportamiento- o, peor aún, a un psiquiatra. Y se preguntan: "¿qué hemos hecho mal?"
Es la paradoja del amor parental, tan simple y, a la vez, tan complejo: no basta con cuidar o educar a los niños, sino que es igualmente indispensable compartir con ellos la afectividad, la ternura, los sentimientos. Una educación sin afectos puede ser tan nociva como una afectividad sin educación (negligente). Los niños no necesitan guardianes, enfermeras, preceptores o guardaespaldas "por horas", sino -idealmente- padres sanos, lúcidos y cariñosos a tiempo completo. Cuanto más nos alejamos de este ideal, más los empujamos a la desdicha.

¿Duermes mal?

Pues aquí van  algunos consejos para ayudarte a cuidar del descanso y confort que  necesitas;

  • Manténgase activo, no duerma durante el día. Por la mañana no permanezca en la cama si no puede dormir.
  • Un baño de agua caliente también ayuda a dormir.
  • La cama es para dormir, no para leer, ver la tele, jugar,etc... 
  • Haga ejercicio diariamente por la mañana. No practique ejercicio justo antes de acostarse ya que esto activara el cuerpo y le resultara más difícil conciliar el sueño.
  • Evite tomar cafeína o solo hágalo por la mañana y en cantidades limitadas.
  • Cuando pueda tome sol durante el día en horarios apropiados, o salga a caminar durante las horas de luz solar.
  • Evite comidas copiosas por la noche, pero tampoco se acueste con hambre. Un vaso de leche tibia puede ayudar a conciliar el sueño.
  • Intente acostarse y levantarse siempre a la misma hora. Si forma un hábito le ayudará a dormir bien. Si no tiene sueño no se acueste ni intente dormir.
  • Intente dejar de fumar, al principio el sueño empeora porque se sentirá excitado, pasado ese periodo el sueño mejorará junto con el estado general de su cuerpo.
  • Para dormir bien no beba alcohol, al menos cuatro horas antes de acostarse. La ingesta excesiva de alcohol aunque produce somnolencia, es causa frecuente de despertares nocturnos.
  • Mantenga la habitación en condiciones óptimas para dormir, es decir sin ruidos, una temperatura cercana a los 20º, sin exceso de luz, etc.
  • Quédese en el dormitorio solo cuando esté dispuesto a dormir, no lo use para otras actividades.
  • Al menos dos horas antes de acostarse distráigase en la forma que prefiera de las preocupaciones del día.
  • Genere una rutina antes de irse a la cama como cepillar los dientes, lavarse,.... Un baño rápido y caliente antes de acostarse le ayudará a relajarse.
  • Ajustes los horarios de sus medicinas que desencadenan actividad, como micción, o contengan cafeína lo más temprano posible.
  • Procure vaciar la vejiga antes de acostarse.
  • Al prepararse para acostarse practique una actividad que le relaje como escuchar música suave o cepillarse el pelo. En la cama puede leer por unos minutos, textos sencillos y relajantes, nunca noticias, novelas de suspenso o tramas que requieran su atención y concentración.
  • Si alguna vez utiliza pastillas para dormir, no extienda su uso en el tiempo. Si se prolonga por alguna razón, descanse alguno de los días de cada semana.
  • Acostarse con prendas cómodas que no le molesten ni aprieten, le ayudaran a dormir bien.