martes, 30 de diciembre de 2014

QUIERO FELICITAROS EL AÑO

QUIERO
Como me aportáis tanto:
Quiero agradecer a todos los que leéis mis artículos, o hacéis difusión, eso me da mucha fuerza y energía para seguir. Sois el motor de mi pasión y no sería posible sin vosotros hacer mi sueño realidad. Mi pasión es la psicología y ayudar a las personas, la terapia me encanta y cada vez tengo más ilusión.
Quiero transmitiros un mensaje de ilusión para con vosotros, acaba el año y quizás hayáis hecho alguna balance del año, de lo que os propusisteis y de lo conseguido o no. Lo no conseguido seguirá siendo un objetivo para el nuevo año, pero no desistáis, no abandonéis si realmente son vuestros sueños. Os invito a mirar la vida con los ojos de un niño con la inocencia del que no sabe y quiere descubrir. Ojalá que empecéis el nuevo año con ilusión, con proyectos y con la fuerza y la firmeza para permanecer en el intento hasta conseguirlo.
Si no el desánimo, la frustración, la desilusión, la desesperanza y tristeza se os apoderarán.
Se acaba un año, quizá bueno, muy bueno, malo, muy malo, pero es lo que ha sido y hay que aceptarlo nos guste o no. Así que cerramos un año, y abrimos uno nuevo con lo que ello implica, expectativas, ilusión, incertidumbre...
Como sabéis nosotros vamos marcando nuestros caminos eligiendo, podemos seguir aburridos con la misma rutina o empezar de nuevo, empezar a cambiar, puede ser un motivo el año nuevo si te sirve pero nunca es tarde.
Que paséis una noche vieja llena de magia y que en el 2015 se materialicen vuestros deseos.
Gracias por estar ahí, y por todo. Felices fiestas. Brindo por la felicidad.

SOLEDAD EN NAVIDAD

La soledad nos afecta a casi todos en algún momento de nuestra vida. Las fiestas de la Navidad representan para la mayoría de las personas una época de compañía y armonía con nuestros seres queridos, familiares y amigos. Desgraciadamente, no todo el mundo tiene la suerte de disfrutar de la Navidad en compañía de otras personas. 

A nivel popular, se ve la Navidad como una época en la que se agudiza la sensación de soledad y de tristeza, quizás por el hecho de que se trata de un momento de reuniones y encuentros en el que, aquél que está solo, o se siente solo, ve acentuada esa soledad. 

Las personas se reúnen en la comida de empresa, en la cena familiar, en la fiesta de amigos y amigas de fin de año, en la merienda de principio de año... se realizan muchas reuniones con otras personas. Incluso, hay personas que se van a pasar las fiestas a sitios lejanos (con otras personas), cuando algo es tan patente para todos y nosotros no cumplimos con ello se nos amplifica la percepción de aislamiento. Los medios de comunicación y la publicidad hacen además un esfuerzo evidente por intensificar los aspectos centrales de las fiestas. Todo el mundo tiene en la cabeza la imagen de alguien poderoso "que lo tiene todo" menos alguien con quien pasar la Navidad. 

La soledad en Navidad es uno de los mayores problemas personales a los que se enfrentan quienes, en esta época del año, deben vivir una situación personal delicada y sin la compañía de sus seres queridos, ya sea por encontrarse trabajando en el extranjero, por pérdidas irreparables de familiares o por conflictos intrafamiliares. 

¿Existen factores de protección contra la soledad? 

Sí, podemos encontrar tres: El primero es tener una red de relaciones rica, sólida y variada; con relaciones de distintos tipos, signos, frecuencias y con la que compartas actividades comunes. El segundo es una estrategia vital abierta e inteligente; que propicie una autoestima sólida y con herramientas para afrontar los golpes del destino. Y el tercero un mayor nivel de resistencia a las imposiciones sociales y culturales con respecto de las relaciones sociales y no compararse con otras personas. 


¿Cómo puedo combatir la soledad en navidad? 

-. Aprovecha para mimarte en los días libres que te permite tener la Navidad, en los que se puede aprovechar para leer un libro, desayunar tranquilamente, pasear o tomar un baño relajante con tu música favorita de fondo.

-. Aprende ese hobby que siempre has deseado iniciar, para salir de casa y conocer gente nueva con la que relacionarse. 

-. Practica deporte, porque ayuda a liberar endorfinas y sentirse mejor con uno mismo.

.- Salir a la calle, porque en Navidad las calles de la ciudad están iluminadas y se organizan gran cantidad de eventos socioculturales a los que puedes asistir. 

-. Planifica y toma la iniciativa. Es muy importante que los sentimientos de soledad no te encierren en ti misma. Vence tus miedos y llama a varios amigos, compañeros de trabajo y otros amigos que se encuentren en la misma situación y organiza una Navidad original y diferente. 

-. Viaja y descubre nuevos lugares, mediante una escapada solo o en grupo, mostrándote perceptivo, para conocer gente nueva y disfrutar de la experiencia. 

lunes, 29 de diciembre de 2014

     DECLARACIÓN DE AUTOESTIMA DE VIRGINIA SATIR.
Para mí es muy importante la autoestima y está declaración me parece muy bella y que resume muy bien lo que tendríamos que cada uno tener en cuenta para querernos más y mejor. Y para aceptarnos tal cual somos.
Virginia Satir fue una psicoterapeuta estadounidense especializada en el enfoque de terapia familiar. El propósito de su trabajo estuvo dirigido bajo el concepto de “Convertirse más plenamente humano”.
Virginia Satir destaca por su declaración de autoestima, que ha seguido utilizándose en terapia y dándole valor después del paso de los años. Mediante una declaración que representa un problema real como es la baja autoestima. Esta fue su propuesta para afrontar este problema que nos afecta a todas las personas en muchos momentos de nuestra vida:
Mi Declaración de Autoestima por Virginia Satir
 Yo soy yo.
En todo el mundo no existe nadie
exactamente igual a mí.
Hay personas que tienen aspectos míos,
pero en ninguna forma el mismo conjunto mío.
Por consiguiente, todo lo que sale de mi es auténticamente mío
porque yo sola lo elegí.
Todo lo mío me pertenece: mi cuerpo,
todo lo que hace;
mi mente, con todos sus pensamientos e ideas;
mis ojos, incluyendo todas las imágenes que perciben;
mis sentimientos, cualesquiera que sean: ira, alegría,
frustración, amor, decepción, emoción;
mi boca, y todas las palabras que de ella salen, refinadas, dulces, o cortantes,
correctas o incorrectas;
mi voz, fuerte o suave,
y todas mis acciones, sean para otros
o para mí.
Soy dueña de mis fantasías,
mis sueños,
mis esperanzas,
mis temores.
Son míos mis triunfos y mis éxitos,
todos mis fracasos y errores.
Puesto que todo lo mío me pertenece,
puedo llegar a conocerme íntimamente.
Al hacerlo, puedo llegar a quererme
y sentir amistad hacia todas mis partes.
puedo hacer factible
que todo lo que me concierne funcione
para mis mejores intereses.
Sé que tengo aspectos que me desconciertan
y otros que desconozco.
Pero mientras yo me estime y me quiera,
puedo buscar con valor y optimismo soluciones para las incógnitas
e ir descubriéndome cada vez más.
Como quiera que parezca y suene,
diga y haga lo que sea,
piense y sienta en un momento dado,
todo es parte de mi ser.
Esto es real y representa el lugar que ocupo en ese momento del tiempo.
A la hora de un examen de conciencia, respecto de lo que he dicho y hecho,
de lo que he pensado y sentido,
algunas cosas resultarán inadecuadas.
Pero puedo descartar lo inapropiado,
conservar lo bueno
e inventar algo nuevo
que supla lo descartado.
Puedo ver, oír, sentir, decir, y hacer.
tengo los medios para sobrevivir,
para acercarme a los demás,
para ser productiva
y para lograr darle sentido y
orden al mundo de personas y
cosas que me rodean.
Me pertenezco y así puedo estructúrarme.
Yo soy yo y estoy bien.
 © Virginia Satir, 1975.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Las fuentes de la autoestima

Las fuentes de la autoestima Beatriz Cerezo
               
Resumen: La autoestima es la sana e inevitable valoración de nosotros mismos, y en cierto modo es el concepto que tenemos de nuestra valía en relación con los demás y con nuestro entorno.

 

 

La autoestima se desarrolla gradualmente durante toda la vida, a medida que vamos comprendiendo y aprendiendo del mundo que nos rodea, adquiriendo experiencias que nos dictan cómo nos enfrentamos a las situaciones y de ahí, cómo nos definimos a nosotros mismos. Cada etapa aporta impresiones, sentimientos e incluso, complicados razonamientos sobre el Yo. El resultado es un sentimiento generalizado de valía (o de incapacidad) que se llama Autoestima.
Para desarrollar la autoestima positiva se necesita tener una actitud de confianza frente sí mismo y actuar con seguridad frente a terceros, ser abiertos y flexible, valorar a los demás y aceptarlos como son; ser capaz de ser autónomo en sus decisiones, tener comunicación clara y directa, tener una actitud empática, es decir, capaz de conectarse con las necesidades de sus congéneres, asumir actitudes de compromiso, ser optimista en sus actividades…etc.
También incluye aprender de los errores, cuando una persona se equivoca y es capaz de reconocer y enmendar su equivocación, no se limita a auto-culparse, ni culpar a los otros. Tener actitud creativa y ser capaz de asumir los riesgos que implica una nueva tarea y evitar la crítica destructiva nos preparará emocionalmente para fortalecer nuestra Autoestima.
Por tanto, la autoestima se construye diariamente con nuestra propia percepción y la interacción con las personas que nos rodean. En muchas ocasiones los demás se encargan de validarnos o desconfirmarnos la idea que tenemos sobre nosotros mismos, por lo que pueden tener un aspecto positivo constructivo (nos analizamos, validamos nuestras fortalezas, mejoramos nuestros defectos…) y un aspecto negativo destructivo (nos comparamos, aceptamos la crítica sin cuestionar, nos venimos abajo, desciende nuestra autoestima)
Tres son las dimensiones básicas que agrupan a los diferentes factores que componen la autoestima:

1. Relación con uno mismo

 
Necesitamos conocernos, hacernos conscientes de nuestro potencial y nuestras necesidades reales; conseguir amarnos incondicionalmente y confiar en nosotros para lograr objetivos, hacer cambios positivos independientemente de las limitaciones que podamos tener o de las circunstancias externas que estemos viviendo:
  • Autoconocimiento, ¿Qué piensas de ti? ¿Reconoces tus necesidades, habilidades, cualidades, debilidades, limitantes, etc.?
  • Autoaceptación, ¿Te aceptas tal y como eres? ¿Perdonas tus errores?
  • Autovaloración, ¿Valoras tus cualidades? ¿Valoras tus esfuerzos?
  • Autosuperación, ¿Lideras tu vida? ¿Sabes lo que quieres?
  • Autorespeto, ¿Permites que te traten mal? ¿Aceptas tus emociones?

2. Relación con las experiencias vividas

Estamos influidos por diversos factores a lo largo de nuestro crecimiento (físico y emocional) por lo que cada experiencia cuenta, cada hecho y cada persona aporta su grano de arena en la concepción que tenemos sobre el mundo. Por lo que la relación que tengamos con nuestro pasado, presente, y planes de futuro influirá en cómo somos actualmente, y en cómo nos valoramos:
  • Lo que se dice y se cuenta, ¿Cómo cuentas tu vida? ¿Cuál es tu carta de presentación?
  • Vive en lo mejor de ti, ¿Comparto más mis fracasos que mis éxitos? ¿Soy capaz de ver el lado bueno de las cosas?
  • Observa y rescata el aprendizaje de un pasado doloroso, ¿Tus experiencias dolorosas condicionan tu presente? ¿Eres capaz de sacar un aprendizaje de ello?
  • Revive el pasado triunfal, ¿Recuerdas tus logros? ¿Estás orgulloso/a de ellos?
  • Observa de forma neutral, ¿Qué cambios quieres o necesitas? ¿Estás creciendo?

3. Relación con los demás o espejo social

  • Observa qué es tuyo y qué de los demás, ¿Quién puede llevar razón?
  • Atrévete a recibir lo que hay bueno para ti, todos tenemos derecho a experiencias positivas sin desconfiar o ponerlas en cuarentena por considerarlas “anormales para nosotros”.
  • Ser asertivo/a, tu comunicación también es importante
  • Aprende a gestionar las críticas, algunas serán constructivas y otras destructivas, hay que cuidarse de las últimas.
En definitiva, la autoestima está compuesta por una serie elementos que pueden afectar más o menos a nuestra condición, y que tomados en consideración harán que logremos su clara mejoría y en consecuencia un mayor bienestar psicológico y personal con nuestra situación.
Beatriz Cerezo.

¿Como sobre llevar la pérdida de un ser querido en Navidad?


La Navidad es una época caracterizada por la ilusión, la solidaridad y los encuentros con la familia. Al ser unas fechas tan señaladas en nuestro calendario, para cada persona tiene un significado diferente dependiendo de nuestra educación y las experiencias que vivimos durante las fiestas.

 

Por lo general se consideran unas fiestas alegres, porque nos reunimos con nuestra familia, intercambiamos regalos y lo más importante compartimos tiempo de calidad con nuestros seres queridos.  Para los niños se viven de una manera y de adultos va cambiando la percepción según lo que vaya aconteciendo en nuestras vidas, si nos separamos ya no tendremos quizá contacto con la familia política, también marcará nuestra visión como la sentimos de pequeños y a veces, pueden teñirse de nostalgia cuando las personas a las que amamos ya no se encuentran entre nosotros. Para quienes se encuentran en esta situación, deseo poder brindarle un poco de luz, apoyo y esperanza, para que durante las fiestas recuerden a quien aman desde el cariño y el amor que han compartido. 

Una de las cosas que puedes hacer es que te permitas dedicarte un tiempo para recordar a esa persona que tanto echas de menos, aunque no puedas compartir un espacio físico con él/ella, lo podrás hacer con tus recuerdos, donde siempre le encontrarás.

En segundo lugar, permítete hablar con la familia de esa persona, pero en este caso desde la alegría, es decir, desde el tiempo y las historias tan divertidas que habéis compartido juntos.
Por último, mereces sentirte bien, una pérdida es un dolor intenso, porque su compañía y su amor merecieron la pena, y ahora tienes la opción de seguir compartiendo momentos de cariño con el resto de tus seres queridos, quienes desean acompañarte y ayudarte a sobre llevar el vacío de quien no está.

Para superar una pérdida (ruptura de pareja, fallecimiento…) es importante que te comprometas con las cosas que te conectan con la vida, tienes derecho a volver a sonreír.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

UN CUENTO PRECIOSO

LA ISLA DE LOS SENTIMIENTOS
Erase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos: la Alegría, la Tristeza y muchos más, incluyendo el Amor. Todos los sentimientos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila, hasta previsible. A veces, la Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo; otras veces, la Constancia y la Convivencia lograban aquietar al Descontento.
Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando por fin la Distracción se dió por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes. Entonces, el Conocimiento dijo:
- “Tengo una mala noticia para darles... la isla se hunde..." Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:
- “¡No! ... ¿como puede ser? …¡Si nosotros vivimos aqui desde siempre!!!!”
Pero el Conocimiento repitió:
- “La isla se hunde”
- ¡Pero no puede ser!!! Quizás estás equivocado!!!”
- “El Conocimiento nunca se equivoca -
dijo la Conciencia, dandose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser por que se hunde”.
- “Pero... ¿Qué vamos a hacer ahora????”
-preguntaron los demás.
Entonces el Conocimiento contestó:
- “Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sujiero que busquen la manera de abandonar la isla.... Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla, desaparecerá con ella”.
-“¿No podrías ayudarnos?”,
preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad.
- “¡No ! -
dijo el Conocimiento-, la Previsión y yo hemos construído un avión y en cuanto termine de decirles esto, volaremos hacia la isla más cercana...”Las emociones dijeron:
- “¡No! ¡Pero no! ¿Qué será de nosotros???”Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y, llevando de polizón al Miedo, que no es zonzo y ya se había escondido en el motor, dejaron la isla.
Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas... Salvo el Amor.
Porque el amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:
- “Dejar esta isla... después de todo lo que viví aquí... ¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahhh.... Compartimos tantas cosas...”
Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio de irse, el Amor se subía a cada árbol, olió cada rosa, se fué hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacer en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...
Al llegar a la playa, excatamente al lugar desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor:
-"Quizás la isla se hunda por un ratito... y después resurja.... porqué no???"Y se quedó días y días midiendo la altura de la marca, para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible... Pero la isla se hundía cada vez más...
Sin embargo, el Amor no podia pensar en construir nada, porque estaba tan dolorido que sólo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería. Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande y que, aún cuando se hundiera un poco, él siempre podría refugiarse en la zona más alta.... Cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él...
Así que una vez mas, tocó las piedrecitas de la orilla ... y se arrastró por la arena... y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa... que otrora fuera enorme...
Luego, sin darse cuenta demasiado de su renuncia, caminó hacia la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le agradaba, era la más elevada...
Y la isla se hundía cada día un poco más.... Y el Amor se refugiaba cada día en un lugar más pequeño...
- “Después de tantas cosas que pasamos juntos!!!!- le reprochó a la isla.
Hasta que, finalmente, solo quedó una minúscula porción de suelo firme; el resto había sido tapado completamente por el agua.
Recién en ese momento, el amor se dió cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no dejaba la isla, el amor desaparecería para siempre de la faz de la tierra...
Entonces, caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el amor se dirigió a la bahía.
Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco ante sus ojos...
Desde allí podría ver pasar a sus compañeras en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguna de ellas lo comprendiera y lo llevara.
Buscando con los ojos en el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. Se acercó la Riqueza que pasaba en un lujoso yate y el Amor dijo:
- "Riqueza llévame contigo! … Yo sufrí tanto la desaparición de la isla que no tuve tiempo de armarme un barco"La Riqueza contestó:
- "No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti, lo siento" y siguió camino, sin mirar atrás...
Le pidió ayuda a la Vanidad, a la que vió venir en un barco hermoso, lleno de adornos, caireles, mármoles y florecitas de todos los colores, que también venia pasando:
- "Vanidad" por favor ayúdame".y la Vanidad le respondió:
- "Imposible Amor, es que tienes un aspecto!!!!...¡ Estás tan desagradable!!! tan sucio, y tan desaliñado!!!!... perdón pero afearías mi barco…”-
y se fue.
Pasó la Soberbia, que al pedido de ayuda contestó:
- "Quítate de mi camino o te paso por encima!".Como pudo, el Amor se acerco al yate del Orgullo y, una vez mas, solicito ayuda.
La respuesta fue una mirada despectiva y una ola casi lo asfixia.
Entonces, el Amor pidió ayuda a la Tristeza:
- "¿Me dejas ir contigo?".La Tristeza le dijo:
- "Ay Amor, tu sabes que estoy taaaan triste que cuando estoy así prefiero estar sola"Pasó la Alegría y estaba tan contenta que ni siquiera oyó al Amor llamarla.
Desesperado, el Amor comenzó a suspirar, con lágrimas en sus ojos. Se sentó en el pedacito de isla que quedaba, a esperar el final... De pronto, el Amor sintío que alguien chistaba:
- " Chst- Chst- Chst..."Era un desconocido viejito que le hacía señas desde un bote a remos. El Amor se sorprendió:
- "¿Es a mi?"- preguntó, llevándose una mano al pecho.
- “Sí, sí -dijo el viejito-, es a tí. Ven, sube a mi bote, rema conmigo que yo te salvo”.El Amor lo miró y le quiso explicar...
-"lo que pasó, es que yo me quedé...
- "Ya entiendo" -
dijo el viejito sin dejarlo terminar la frase- “Sube!”.El amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla. No pasó mucho tiempo antes de poder ver como el último centímetro de la isla se hundía y desaparecía para siempre...
- “Nunca volverá a existir una isla como esta! - murmuró el amor, quizás esperando que el viejito lo contradijera y le dira alguna esperanza.
- “No -dijo el viejo- como ésta, nunca; en todo caso, diferentes …!Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor se sentía tan aliviado que olvidó preguntarle su nombre. Cuando se dio cuenta y quiso agradecerle, el viejito había desaparecido. Entonces el Amor, muy intrigado, fué en busca de la Sabiduría para preguntarle:
- “¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó... Todos los demás no comprendían que hubiera quedado sin embarcación, pero él me salvó, me ayudó y yo ahora, no sé ni siquiera quién es...”Entonces la Sabiduría lo miró largamente a los ojos, y le dijo:
-"Es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir. Es el único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es El Tiempo....”
Jorge Bucay, del libro “Todo (no) terminó” (Silvia Salinas y Jorge Bucay)


lunes, 17 de noviembre de 2014

Medium_you9234

CULPABLE O RESPONSABLE: ¿Conoces la diferencia?

No hay que confundir responsabilidad con culpabilidad, pues son muy distintas, pero el no saber distinguirlas, a veces provoca en nosotros un sufrimiento que se puede evitar fácilmente, si aprendemos a diferenciarlas
Responsabilizarse de algo no tiene una connotación negativa sino todo lo contrario, la responsabilidad en las personas implica madurez y sobre todo libertad de acción. Pero puede que pienses, ¿Y cómo hacerlo? ¿Cómo ser responsable de algo sin que ello implique el dolor interior que causa el saberse culpable?
Cuando comprendemos que somos libres de tomar la actitud que queremos en la vida, responsabilizarnos de nuestras acciones nos resulta fácil y natural. Si al principio nos resulta incómodo, el truco está en darnos tiempo. No tenemos por qué responder, reaccionar, o actuar, en el mismo momento en que ocurren las cosas. Somos libres de tomarnos el tiempo necesario hasta asegurarnos de tener la actitud deseada. Esta es la diferencia entre actuar y reaccionar. De hecho cuando no nos damos tiempo a nosotros mismos, generalmente reaccionamos, no es una acción libre, puesto que sin el tiempo necesario, (cada cual requerirá más o menos) nuestras emociones son las que hablan y no nosotros.
Además, ser responsables hace que aumente nuestra auto estima y la sensación de poder sobre nosotros mismos y nuestra vida, lo cual es muy satisfactorio, pues nos otorga la auténtica libertad, la de ser como queremos.
Pero ser responsables, significa en primer lugar, ser coherentes. La frase que dice "Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga", es un fiel reflejo de la actitud desconsiderada que muchas veces tomamos, casi inconscientemente, con los demás. Ocurre que, nos conformamos con el pensamiento o la palabra, y no nos atrevemos a pasar a la acción. ¿Pero de qué sirve la teoría si después no pasamos a la práctica? De nada, salvo para desconcertar a los demás si decimos una cosa y después hacemos otra muy distinta. Como ejemplo está el padre que gritando fuertemente, le dice a su hijo: ¡No grites! Esta actitud, además de ridícula, es inútil, y la imagen que damos cuando somos incoherentes con nosotros mismos, es de desconfianza y tiene muy poca credibilidad.
Después, también es necesario aceptar las consecuencias de un modo positivo, sabiendo que son estas y no otras, el resultado de nuestra acción. Es la ley de causa y efecto.
Ser culpables, sin embargo, es algo muy distinto. El culpable se ha equivocado, ha cometido un error, o bien, ha hecho algo a sabiendas de que no está bien hacerlo. Por tanto, tiene claro que es su culpa. Y generalmente, no acepta bien las consecuencias de su acción. Es curioso, pero tener la culpa, a veces nos hace intentar aparentar que en realidad no la tenemos; echársela a otro; o poner las excusas más ridículas. Luego ser culpable no es un signo de madurez ni de libertad de acción.
Y ahora que conoces la diferencia, ¿cuál de las dos cosas prefieres ser a partir de ahora?

martes, 11 de noviembre de 2014

 
¿Amigo de mis hijos?
 
La respuesta es corta, No. La explicación es más larga.
La relación con tu hijo puede ser muy buena, sentir que hay mucha confianza entre vosotros para abordar cualquier tema sin tabúes, disfrutar de ocio y actividades juntos pero sin olvidar que un padre es mucho más que un amigo, la relación que se establece entre unos padres y cada uno de sus hijos debe ser única y es un vinculo tan especial que no se crea con nadie más en el mundo ni a lo largo de la vida.
El amor entre padres e hijos se crea desde mucho antes de conocerse y se asume de forma incondicional, no importa lo que sucede, lo que ha sucedido o lo que va a pasar más adelante, lo que está claro es que ese vinculo es indestructible, aunque las circunstancias de la vida os separen o incluso lleguéis a tener una mala relación o nula por discusiones o problemas que os separen, nadie podrá reemplazar el lugar del otro.
La amistad se crea día a día, se asume de una forma más egoísta, porque se mantiene mientras compensa y se alimenta mientras continúan  los motivos que hacen que merezca la pena y si deja de compensar es posible continuar con tu vida sin carencias, incluso encontrar en el camino a personas que cubran ese lugar y mejoren tus expectativas.
Otro motivo que hace que la relación entre padre e hijo sea muy distinta a la de unos amigos es la importancia de la protección mutua, con un amigo con el que se establece una relación íntima puede tenerse la libertad de desahogo sin tapujos, sin valorar como puede afectar lo que le transmites y es que al fin y al cabo por mucho que te quiera, un amigo puede sufrir o alegrarse de lo que te sucede, a través de la empatía, la diferencia es que en el caso de las relaciones filio parentales, lo que al otro le sucede se experimenta como propio, de ahí la protección que hay que tener en cuenta.
 
Hay parcelas de la vida que puede que se reserven solo a los hijos o a los padres, porque a ellos les puedes mostrar quien eres con la seguridad de que eso no condicionará vuestra relación, porque al fin y al cabo lo que sois lo habéis construido juntos desde que el hijo existe, un hijo es como un rama que ha nacido de tus raíces, un amigo tiene raíces independientes, que las circunstancias o vuestras decisiones hacen que os acerquéis al mismo bosque.
Lo que yo hago me nutre a mí y a quien me quiere, pero nunca destruirá las raíces de ningún amigo, si puede que lo haga con la de mis padres, igual que al contrario.
Siguiendo con la metáfora del árbol, debemos asumir que un hijo nace como parte del árbol que los padres creamos, y que es un esqueje que acabara creándose así mismo, pero nutrido siempre de lo que yo soy y de lo que le di.
Para que un hijo crezca plenamente hay que permitir que ese esqueje cuanto antes, instale sus raíces de forma independiente, teniendo la libertad de conocer parcelas en las que tenga que experimentar que es un individuo único e independiente y en el que las raíces de sus padres no condicionan sus decisiones.
Por ello, porque somos tan importantes para nuestros hijos, hay momentos en los que debemos salir del escenario para que puedan relacionarse con libertad, haciendo esto de forma progresiva hasta que en la adolescencia cuenten con espacios que les permitan reafirmar su identidad sin tener que entrar en conflicto con la opinión de sus padres, por ello en lugar de integrarnos en su ambiente como si fuésemos un adolescente más, es mejor salir de la escena y dejar que el sí que sea un adolescente más.
 
“La parentalidad positiva exige paciencia, dedicación y esfuerzo. No siempre es fácil, pero educar en positivo es posible.
Lorena Sahagun
 
Delincuencia en la adolescencia. ¿Hasta qué punto es normal?

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Todos conocemos que la adolescencia es un período de búsqueda de la propia identidad, de exploración, de “ensayo y error”, entonces cabe preguntarse hasta qué punto ciertas conductas antisociales entran en el desarrollo normal del joven.La adolescencia es un período de transición entre la infancia y la adultez, un período crítico en el que el adolescente debe afrontar retos y tareas que le ayuden a integrarse definitivamente en su grupo social y cultural.Vemos en diversos programas de televisión conductas límite, que, claramente, están fuera de lo que consideramos “normal”, pero estos no son los casos normales, son casos extremos. La duda reside en calificar ciertas conductas propias del adolescente que se consideran antisociales como parte de su crecimiento o como motivo de preocupación.
La socialización es un proceso interactivo mediante el que se obtienen valores culturales, creencias y conductas, se transmiten en mayor medida en formato informal educativo, lo cual quiere decir que se adquieren estos valores y creencias de forma más duradera cuando los aprendemos en situaciones informales , con la familia, los amigos, en la calle…. más que cuando forman parte de algo programado y estipulado, puesto que también son más duraderos los contenidos con carga emocional. A ello se le suma que aparte del período de 1 a 3 años, la adolescencia es el período en el cuál más información recibimos y procesamos, pero ello se contrapone al hecho de que el adolescente no es  cognitivamente maduro, sus estructuras cerebrales encargadas del autocontrol y la racionalización no están totalmente desarrolladas. Por todo ello, es importante señalar que la adolescencia es un período altamente importante para la formación en valores de una persona, pero que hay que tener en cuenta que esta persona se encuentra en un período vital en el que aún no tiene totalmente desarrollado su autocontrol. La adolescencia es un período tormentoso, lleno de tensiones, agotador, marcado por la crisis de identidad, que está repleto de trastornos emocionales, de conflictos y de enfrentamientos con los padres, en este período pueden aparecer conductas antisociales. El mundo adulto ofrece al adolescente un mundo muy incierto y confuso, en muchas ocasiones se encuentra excluido y la conducta antisocial es una vía para expresar su autonomía e independencia, además, puede ocurrir que, la comisión de delitos se encuentra ligada a la demostración de estatus para demostrarlos a sus iguales. El adolescente experimenta, somete a prueba intereses y roles personales, ha de obtener herramientas mediante el sondeo y el ensayo, está viviendo un período de ideas y conductas necesarias para construir su identidad y autonomía personal.
Las transgresiones, el riesgo y las conductas abiertamente antisociales son intentos exploratorios de autoafirmación que forman parte del crecimiento y desarrollo normal del joven,se corre el grave riesgo de estigmatizar y etiquetar al adolescente, de modo que este crezca intentando adaptarse a esta etiqueta, es decir, si calificamos a alguien como “malo”, “conflictivo”, sin darle una oportunidad, esta persona sabe que las expectativas que se tienen sobre él o ella son bajas, por lo que no se esfuerza para cumplir las expectativas que se tiene sobre él. Podemos entender esto aplicándolo a conceptos no propios de la delincuencia, por ejemplo, si se nos repite que somos muy malo en matemáticas, iremos a clase de esta asignatura sabiendo que como mucho podemos sacar un aprobado apurado, no nos esforzaremos para alcanzar el sobresaliente ya que hemos aprendido que somos malos en esa asignatura, o si se nos etiqueta como tímidos, actuaremos de acuerdo a este rol. Ello se relaciona con el “Efecto Pigmalión”, en el cual profundizaremos en próximos posts.
En definitiva, no se trata de desculpabilizar hechos delictivos o antisociales ni de justificarlos, pero es importante que antes de juzgar, etiquetar y aplicar sanciones de forma sistemática para estos casos, los esfuerzos se centren en una prevención cargada de valores, técnicas de autocontrol, aumento de autoestima… en resumen, dotar de herramientas para que esta fase sea lo menos problemática posible tanto para el adolescente como para su entorno.

Mariva

miércoles, 5 de noviembre de 2014

¿Cómo funciona la memoria?: 10 cosas que mucha gente no sabe
Si recordáramos todas las cosas, acabaríamos tan mal que no recordaríamos nada.” William James

A menudo se dice que una persona es la suma de sus recuerdos, que su experiencia es lo que la hace ser quien es. A pesar de esto, el funcionamiento de la memoria en general todavía se conoce poco, puesto que la memoria humana es mucho más complicada y peculiar que cualquier memoria que resida en un ordenador, tableta o teléfono.
A continuación te presentamos una breve guía de 10 puntos sobre la psicología de la memoria:

1. Memoria no decae

Todo el mundo ha experimentado la frustración de no ser capaz de recordar un hecho de la memoria. Podría ser el nombre de alguien, un dato histórico o dónde está aparcado el coche. De entrada parece evidente que los recuerdos van en decadencia con el tiempo, como la fruta fresca. Sin embargo, una investigación reciente no apoyaría este punto de vista. Muchos investigadores piensan que en realidad la memoria tiene una capacidad ilimitada, y los recuerdos nuevos no hace que los antiguos desaparezcan. En realidad, de alguna forma todo se almacena en nuestra mente, el problema es que si no los utilizamos o “practicamos” de alguna forma con dicho recuerdo, éste se vuelve más difícil de acceder. Esto significa que no es la memoria que desaparece, sino la capacidad de recuperarla.

2. Olvidar ayuda a aprender

La idea de que el olvido nos puede ayuda a aprender parece una total contradicción, pero debemos pensar en ello de la siguiente manera: imagínate se ha creado un cerebro que puede recordar siempre y además puede recordarlo todo. Cuando, llegado el caso, este cerebro increíble está tratando de recordar dónde estacionó el coche, traería de inmediato a la mente todos los aparcamientos que había visto en su vida, lo que le obligaría a tener que ordenar a través de la gran cantidad de información disponible. Todo esto conllevaría una carga de trabajo tremenda y muy costosa.
Pero obviamente, la única información relevante ahora es el aparcamiento más reciente. Y este hecho es habitualmente cierto para la mayoría de nuestros recuerdos. Los últimos acontecimientos son generalmente mucho más importantes que los que sucedieron hace mucho tiempo.
De modo que, para que este super-cerebro imaginario fuera más rápido y más útil en el mundo real, tendría que construir algún sistema para descontar el tiempo, información inútil, etc. De hecho, por supuesto, todos tenemos uno de estos super-cerebros, con un sistema de descuento muy particular: lo llamamos ‘olvidar’.
Es por eso que el olvido nos ayuda a aprender: como menos información poco relevante se vuelve accesible, mejor, y así nos podemos quedar con la información que es más importante para nuestra supervivencia diaria.

3. Recuerdos ‘perdidos’ se pueden recuperar de nuevo

A lo largo del tiempo ha podido comprobarse que los recuerdos no se deterioran. El hecho es que, a pesar de que los recuerdos pueden ser menos accesibles, también pueden ser revividos.
hay personas que durante mucho tiempo han sido incapaces de recordar ciertas cosas o acontecimientos, pero que todavía estaban en su mente, esperando a ser despertados. Algunos experimentos han demostrado que la información que se ha convertido en algo inaccesible, todavía puede ser revivida. De hecho, así es como muchos re-aprendemos cosas con mucha más facilidad, porque de repente nuestra mente conecta con antiguos recuerdos que nos ayudan a aprender algo que de alguna forma, ya sabíamos.
Por este motivo se dice que nunca se olvida a montar una bicicleta, y no sólo se aplica a las habilidades motoras, también se aplica a los recuerdos.

4. Recordar altera los recuerdos

Aunque es un elemento fundamental de la memoria, la idea de que recordar altera los recuerdos parece algo opuesto. ¿Cómo se puede recuperar una memoria cambiarla al mismo tiempo?
Parece ser que al recuperar algo de nuestra memoria, hacemos de forma inconsciente una comparación con otros recuerdos. Vamos a explicar esto a través de un ejemplo. Digamos que estamos recordando un cumpleaños de la infancia en particular, y nos viene a la memoria que nos regalaron una nave espacial de Lego. Cada vez que recordamos ese hecho, las otras cosas que sucedieron en nuestro cumpleaños ese día se vuelven más débiles en comparación.
Así pues, el proceso de recuperación es en realidad la construcción activa del pasado, o al menos las partes de su pasado que podemos recordar.
Se ha podido ver que los falsos recuerdos potencialmente pueden ser creados por este proceso de recordar falsamente el pasado. De hecho, los psicólogos han implantado experimentalmente falsos recuerdos a personas.
Esto plantea, entre otras cosas, la fascinante idea de que efectivamente nos creamos a nosotros mismos mediante la selección de recuerdos que evocamos.

5. Memoria es inestable

El hecho de que el simple acto de recuerdo cambia la memoria significa que es relativamente ésta es algo inestable. Pero la gente tiende a pensar que la memoria es relativamente estable: nos olvidamos de que hemos olvidado y creemos que no vamos a olvidar en el futuro lo que hoy nos está ocurriendo.
Lo que esto significa es que los estudiantes, en particular, subestiman cuánto esfuerzo será necesario para aprender el material que tienen para un examen de memoria. Y no son los únicos. Porque esto conduce al siguiente punto:

6. El sesgo de la previsión

Todo el mundo debe haber experimentado esto alguna vez. A veces se nos ocurren cosas o tenemos la idea de hacer algo, y pensamos que no lo olvidaremos. Así que no nos molestamos escribirlo ni nada. Pero ¡sorpresa! a los diez minutos hemos olvidado aquello y nunca regresa.
Vemos lo mismo también en el laboratorio. En un estudio realizado por Koriat y Bjork (2005) algunas personas aprendieron pares de palabras como “lámpara de luz”, y luego se les pidió que valorasen cuán probable era que recordasen dichas palabras cuando vieran nuevamente la palabra “luz”. Todos, en un exceso de confianza, creyeron que lo iban a recordar sin problema. Pero cuando más adelante llegó el momento y vieron la palabra “luz”, a muchos les vino a la mente otras palabras como “bombilla”, “foco” o incluso “sombra” y la respuesta correcta no fue en realidad tan fácil de recordar como ellos predijeron.

7. Cuando recuerdo es fácil, el aprendizaje es bajo

Nos sentimos inteligentes cuando recordamos algo al instante y estúpidos cuando se necesitamos una eternidad. Pero en términos de aprendizaje, debemos sentir exactamente lo contrario. Cuando algo viene a la mente de forma rápida, es decir, no hacemos trabajo para pedir su devolución, no se produce el aprendizaje. Cuando tenemos que trabajar duro para traerlo a la conciencia, algo mágico sucede: aprendemos.
Cuando los recuerdos de las personas se ponen a prueba, cuanto más trabajo han hecho para construir o reconstruir la memoria de destino, más fuerte es la memoria en el tiempo. Esto es porque las técnicas de aprendizaje adecuadas siempre implican un esfuerzo, un trabajo, porque sólo mirando a la información no es suficiente: el aprendizaje necesita recordar con esfuerzo.

8. El aprendizaje depende en gran medida del contexto
¿Alguna vez has notado que cuando se aprendemos algo en un contexto, como por ejemplo el aula del colegio, se hace difícil recordar cuando ese contexto cambia?
Esto se debe a que el aprendizaje depende en gran medida de cómo y dónde hacerlo: depende de quién está allí, lo que está a su alrededor y cómo se aprende.
Resulta que a largo plazo, las personas aprendemos mejor cuando la información se recoge de diferentes maneras o en diferentes contextos. Cuando el aprendizaje es altamente dependiente del contexto, no se transfiere bien y se olvida antes con los años.

9. Memoria, vuelve a cargar

Si usted quiere aprender a jugar al tenis, ¿es mejor que pasar una semana aprendiendo a servir, la próxima semana el golpe de derecha, la semana después del revés, y así sucesivamente? ¿O hay que mezclarlo todo con servicios, potentes derechas y reveses todos los días?
Resulta que para la retención a largo plazo, los recuerdos se recuerdan más fácilmente si el aprendizaje se mezcla. Esto es tan cierto tanto para el aprendizaje motor, como el tenis, como lo es para la memoria declarativa, como aprender cuál es la capital de Venezuela (Caracas).
Aunque a veces al principio nos parecerá que esto es contraproducente, parece que a largo plazo este tipo de aprendizaje mix-and-match funciona mejor.
Una explicación de por qué esto funciona se llama la “hipótesis de la recarga”. Cada vez que cambiamos las tareas que tenemos que “recargar” la memoria. Este proceso de recarga fortalece el aprendizaje.

10. El aprendizaje está bajo nuestro control

El resultado práctico de estos hechos sobre la memoria, es que a menudo subestimamos la cantidad de control que tenemos sobre nuestra propia memoria.
Por ejemplo, la gente tiende a pensar que hay cosas que son, por su naturaleza, difíciles de aprender, por lo que se dan por vencidos rápidamente. Sin embargo, con las técnicas como el uso de diferentes contextos, el cambio entre tareas y reconstrucción de los recuerdos, todos podemos ayudar a impulsar la retención.
Las personas también tienden a pensar que el pasado es fijo y se ha ido, que no se puede cambiar. Pero la forma en que recordamos el pasado y pensar en ello puede llevar a cambiarlo. Recordando los recuerdos de distintas maneras nos puede ayudar reinterpretar el pasado, y por tanto, a reconstruir un camino para un camino diferente para el futuro. Numerosos estudios han demostrado que las personas pueden desplazar los recuerdos negativos dolorosos, centrándose en los más positivos (Levy y Anderson, 2008).

En definitiva, nuestra memoria no es tan mala como podríamos imaginar. Puede que no funcione siempre como desamos, pero eso es lo que hace que sea aún más fascinante para entender y experiencia.

martes, 4 de noviembre de 2014

¡QUIÉRETE MUCHO! 7 pasos para potenciar tu autoestima

Autoestima
LA AUTOESTIMA ES LA MANERA DE PERCIBIRNOS Y VALORARNOS
Dara Espinosa
Nos sentimos listos o tontos, capaces o incapaces, nos gustamos o no. Esta autovaloración es muy importante, dado que de ella dependen en gran parte la realización de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida.
De este modo, las personas que se sienten bien consigo mismas, que tienen una buena autoestima, son capaces de enfrentarse y resolver los retos y las responsabilidades que la vida plantea. Por el contrario, los que tienen una autoestima baja suelen autolimitarse.
¿CÓMO ACORTAR LA DISTANCIA ENTRE QUIEN SOY AHORA Y QUIEN QUIERO SER?
PASO 1: CONVERTIR LO NEGATIVO EN POSITIVO. Invierte todo lo que parezca malo o negativo. El lenguaje con el que pensamos y nos expresamos es importante.
“No puedo soportarlo”ó”Será doloroso, pero lo  puedo afrontar”.
“Nada cambiará” ó “No tengo nada que perder por intentarlo”.
” No debo esperar demasiado” ó “Me esforzaré por mi sueño”.
 PASO 2:  NO GENERALIZAR LAS EXPERIENCIAS NEGATIVAS. reponerse ante las perdidas decepciones y malas experiencias para reilusionarse y asumir riesgos en vez de guiarnos por nuestros miedos.
 PASO 3: CENTRARSE EN LO POSITIVO. «Aquello en lo que se deposita la atención tiende a agrandarse». Estemos más atento a todo lo que hacemos bien cada día y también observemos nuestras virtudes y capacidades.
 PASO 4: NO COMPARARSE. No idealizar la vida de los demás ni olvidar que cada cual parte de un camino diferente y con unas situaciones diferentes. Todos tenemos cualidades y defectos. Nadie es perfecto y nadie es mejor que tú.
 PASO 5: CONFIAR EN NOSOTROS MISMOS. Tener fé, darnos segundas oportunidades y darnos ánimo en los momentos difíciles o ante los retos. Actuar de acuerdo a lo que pensamos y a nuestros valores con o sin la aprobación de los demás (estando dispuestos a responsabilizarnos de nuestras decisiones).
 PASO 6 :ACEPTARNOS A NOSOTROS MISMOS. Entender cómo somos sin juzgarnos, intentando mejorar pero consientes de nuestras defectos y virtudes, miedos y anhelos, experiencias y carencias. Somos ante todo personas importantes y valiosas.
 PASO 7: ESFORZARNOS PARA MEJORAR. Tratar de esforzarnos por conseguir  superarnos, por aprender y estar dispuestos al cambio.
TAREA PARA CASA
Un ejercicio muy interesante que podemos utilizar para saber DONDE ESTAMOS, QUÉ QUEREMOS CAMBIAR o darnos cuenta y ser conscientes de nuestros OBJETIVOS es la estrella de la vida.
Consiste en dibujar una estrella de 8 puntas, cada punta representa un aspecto de nuestra vida que debemos rellenar. Hazlo despacio y pensando, no hace falta escribir mucho pero lo que escribas que sea desde la sinceridad, cada punta de esa estrella representa una cosa:
  1. - Las metas que tienes en la vida
  2. - Las motivaciones por las que actúas o haces algo
  3. - Las experiencias que más han marcado tu vida
  4. - Los fracasos más notorios de tu vida
  5. - Los éxitos más importantes de tu vida
  6. - Los miedos más grandes que tienes en la vida
  7. - Los mejores aliados que tienes en la vida
  8. - Las dificultades más grandes que tienes en la vida

sábado, 18 de octubre de 2014

El miedo a la intimidad   

El miedo a la intimidad Teresa Gallego
                            
Resumen: El miedo a la intimidad se relaciona directamente con la incapacidad para expresar sentimientos, pero sobre todo con el miedo a perder el control de nuestra independencia.

 

 

 
Intimidad, significa ponernos en contacto con los sentimientos de otra persona, acercarnos al otro. Pero esta cercanía requiere un equilibrio, necesita a su vez cierta distancia, el mantenimiento de la propia individualidad, el “ser yo” además de “nosotros”.
Muchas personas no son capaces de hacer esta diferenciación y la pareja se fusiona, sufriendo porque no pueden tolerar la separación, la privacidad, generando una dependencia emocional, que desgasta la pareja y que puede generar problemas como ansiedad, depresión, desvalorización, miedos, celos, etc.
En la intimidad se admite a la otra persona como independiente y se comparten aspectos propios y comunes, se trata de formar un equipo en el que cada uno tiene su mundo y a la vez, un universo común.
Estos límites son fundamentales: mantener el espacio personal, los ratos para uno mismo, el cuarto o espacio propio para leer o descansar;  los intereses individuales, como actividades, deportes o amigos diferentes; conocer los deseos de uno mismo, qué quiere hacer, las expectativas respecto a si mismo y a la pareja, etc.
A su vez conocer al otro, implica poder enriquecer la relación, como por ejemplo, haciendo una pequeña sorpresa que le haga entender a la pareja que conocemos sus aficiones, aunque nos las compartamos, ya que eso muestra interés y aumenta la autoestima; o aprovechar la independencia para disfrutar de las ocasiones en las que las actividades se hacen en común: organizando un viaje, una excursión, una cena.

El miedo a la intimidad y a la comunicación de sentimientos

 
Sin embargo, lograr la intimidad como un paso más allá de la individualidad, es decir el compartir, puede también generar miedos, porque pensamos que perdemos el control de nuestra independencia o porque pensamos que al abrirnos, nos van a hacer daño:
  • miedo a exponerse, a descubrirse, a que conozcan tus puntos débiles
  • miedo al abandono, al sentirse rechazado,.
  • miedo a la pérdida de control, a la responsabilidad
  • miedo a los impulsos y a la valoración por parte del otro, a las críticas
  • miedo a ser absorbido, a perder nuestra independencia
Cuando además de temores en relación con la intimidad, mantenemos también poca comunicación, la pareja queda a expensas de los sobreentendidos: “él ya tendría que saber lo que me gusta” “si ya sabe que la quiero”; de la esperanza a que algo cambie y a las dudas constantes.
Comunicarse es fundamental, pero no es sencillo, y menos cuando  debemos de comunicar sentimientos: nos sentimos vulnerables, nos parece ilógico tener que exponerlo, nos da miedo la respuesta, los cambios… debemos primero entender qué sentimos y porqué lo sentimos para poder expresarlo y escuchar a las emociones no es una tarea tan habitual.

¿Cómo mejorar?

R. Sherman, (1991) nos muestra un sencillo ejercicio llevado a cabo en terapia, para quienes tienen miedo de expresar sus dudas y sentimientos, preguntar a la pareja: ¿Cómo sabría que la otra persona está enamorada de usted? ¿Qué tiene que hacer para demostrárselo? ¿Qué conductas en el día a día se lo muestra?. De esta forma el lenguaje claro facilita el entendimiento entre los miembros y pueden contrastar y hablar sobre sus diferentes respuestas, además de compartir sus experiencias emocionales. A veces cuestiones sencillas relacionadas con las expectativas y los deseos, abren puertas a la comunicación y facilita el reajuste de la pareja.
En muchas ocasiones, es necesario mejorar la expresión de sentimientos y centrar los mensajes en  mensajes yo: “cómo me siento cuando haces algo” en lugar de  mensajes tu: “lo que has hecho y cómo me has hecho sentir”.
Escuchar de forma activa, cuántas veces hemos oído “es que no me escuchas”, que requiere atender a lo que el otro le está contando, asentir con movimientos, repetir lo que el otro dice para saber si le está entendiendo y por último si ya no hay más que contar, sugerir apoyo o solución, pero nunca solucionar como primera opción.
Así mismo debemos de ser conscientes de que no expresamos los sentimientos negativos para castigar, si no para poder cambiar y mejorar y que todo intento de solución es positivo y debemos de perder el miedo a las emociones porque son una guía que nos dice qué camino escoger, tenemos que escucharlas y compartirlas para poder mantener una satisfactoria relación de pareja.

martes, 14 de octubre de 2014

Dejar atrás el pasado: Cinco estrategias útiles   
Dejar atrás el pasado: Cinco estrategias útiles Sandra Bernal Mora
                                    

Resumen: Focalizar la atención en el pasado no parece un modo adaptativo de afrontar el día a día. Este artículo muestra algunas estrategias útiles para dejarlo atrás.

 


 

 
El pasado es algo que nos acompaña a lo largo de nuestra vida. El lugar del que venimos actúa como una base para conformar quiénes somos, cómo actuamos y cómo pensamos acerca del mundo que nos rodea. Influye no sólo en nuestra perspectiva de vida, sino en muchas más cosas que ahora mismo ni siquiera imaginamos, como las sensaciones y emociones que tenemos ante algo o alguien que no conocemos y del que no tenemos información.
Todas las personas podrán recordar momentos buenos y malos de su trayectoria vital. Sin embargo, existe gente que parece tener una increíble facilidad para estar todo el día reviviendo su pasado. Pasar el día recordando aquello que sucedió antaño (tanto si es malo o bueno) no es precisamente la mejor opción para seguir con nuestras vidas, sino todo lo contrario. Nos mantiene estáticos, nos impide movilizar nuestra energía para realizar nuevos proyectos o, simplemente, disfrutar del día en que nos encontramos.
El problema surge cuando nuestro pasado no nos deja continuar hacia adelante con nuestra vida. Los recuerdos sobre aquello que fue o no fue vuelven a nuestra cabeza una y otra vez, haciendo interferencia con el momento actual en que nos encontramos, impidiéndonos disfrutar del instante que vivimos. Es en este punto cuando debemos tomar conciencia de que el pasado ya pasó (valga la redundancia) y que es en el presente donde nos encontramos.
Recordar aquello tan terrible que nos sucedió, lo mal que se portaron con nosotros, etc. trae de vuelta a nuestra cabeza aquellas emociones de malestar, culpa, vergüenza, rencor… que nos vuelven a hacer daño de nuevo una y otra vez, ¿nada productivo, verdad? Estas personas que se focalizan demasiado en el pasado, corren el peligro de caer sumidos en una gran tristeza o depresión, presas de sus desgracias e inmóviles ante un presente-futuro nada prometedor, ya que esto nos puede llevar a pensar que nuestra vida está destinada a la desdicha.
Es importante saber que para superar el pasado, en primer lugar debemos asumir que no va a cambiar, que debemos aceptar las cosas tal como fueron y dejarlo estar. Resulta fácil decirlo, sí, pero pasar página es imprescindible. Para ello, algunas de las cosas que debemos intentar hacer son:

1. Alza la vista hacia el mundo que te rodea.

 
Párate a pensar en cuánto tiempo al día dedicas a pensar en tus problemas. Si crees que es demasiado, cabe la posibilidad de que estés muy centrado en ti mismo y, por tanto, olvidándote del mundo que te rodea. Séneca dijo “hay más cosas que nos asustan que cosas que nos hieran verdaderamente, y sufrimos más en la imaginación que en la realidad. ¿Se aplica esto a tu vida? Si es así, reflexiona sobre ello porque quizás estés haciendo trabajar a tus neuronas en tu propia contra. Levantar la vista de tu ombligo para pasar a mirar el sitio en el que estás y la gente que te rodea puede ser un buen primer paso para seguir hacia adelante.

2. Olvida a aquellos que te hicieron daño.

Como ya se ha dicho, vivir rememorando aquello que tanto nos hizo sufrir impide que se cierren esas heridas. Y, que quede claro, guardar resentimiento hacia esa persona (e incluso mostrárselo abiertamente) muchas veces no va a conseguir que el otro se sienta peor sino que somos nosotros los que más nos anclamos en aquello que sucedió.
Nos estancamos pensando en qué le podríamos decir o hacer para hacerle “pagar” aquello que nos hizo y, de esta forma, seguimos frustrándonos y reviviendo nuestro dolor con esos recuerdos. Debemos asumir que somos nosotros mismos los que más nos perjudicamos al no apartar de nuestra mente a aquellas personas que se portaron mal con nosotros.

3. Perdónate a tí mismo.

Comprender que las cosas que hicimos mal ya no pueden deshacerse. En vez de culparnos a nosotros mismos por haber actuado de una determinada forma y no de otra, sería más productivo buscar por qué hicimos eso. ¿Cuáles fueron los deseos, motivaciones o miedos que nos llevaron a hacer las cosas de ese modo?
Seguramente, si echamos la vista atrás, encontraremos que los motivos por los que en ese momento elegimos esa opción eran los que nos parecieron que mejor solucionaban nuestros problemas en ese momento. Ahora sólo podemos intentar aprender de ello, conocernos a nosotros mismos para no volver a cometer los mismos errores y, por supuesto, mejorar… Hay un proverbio que dice “los errores son oportunidades para crecer como persona”. Aplícalo en tu vida.

4. Encuentra un sentido a tu vida.

Tener objetivos y metas en la vida nos permite afrontar los malos momentos. Saber que hay algo por lo que merecerá la pena seguir, nos da aliento para soportar las adversidades puesto que sabemos que cuando éstas terminen, podremos hacer aquello que anhelamos.
Si en este momento no tienes ningún deseo o meta a la vista, quizás estés dejando muchas posibles opciones fuera de tu cabeza. Si no se te ocurre nada, una de las cosas que pueden dar sentido a tu vida puede ser trabajar como voluntario ayudando a otras personas o luchar por una causa que creas justa. Realizar nuevos proyectos o ayudar a los demás pueden ser algunas de las cosas que pueden aportar sentido a nuestra vida. Sabrás que es algo que te aporta bienestar cuando decidas dedicar parte de tu tiempo a hacer eso por el mero placer de hacerlo.

5. Volver a empezar.

A lo largo de nuestra vida, podemos encontrarnos en situaciones que se nos exijan tener que volver a empezar desde cero. A pesar de que en un primer momento veamos todo negro, debemos pensar que eso no es así. Que nosotros no veamos las diferentes alternativas que tenemos no significa que éstas no existan o que no vendrán en un futuro.
¿Cuántas veces has tratado de imaginarte cómo sería esto o lo otro y luego no se ha parecido en nada a lo que esperabas? Eso es porque te estabas basando en tus creencias para deducir cómo serán las cosas en vez de en hechos objetivos. Saber cómo va a salir algo que aún no ha ocurrido es tremendamente difícil si no conocemos las circunstancias que nos acompañarán.
Sin embargo, esto no quiere decir que no podamos ser dueños de nuestro destino. Una forma de tomar las riendas de tu vida puede empezar por marcarte pequeños objetivos a corto plazo (con fecha meta incluida y marcada en un calendario) que te lleven poco a poco hacia aquello que deseas.
Lo más importante hacer, si te quedas mirando al pasado estarás paralizado, dale la espalda y camina hacia el futuro.

martes, 30 de septiembre de 2014

EL APEGO

Un pájaro herido no puede volar,  pero un pájaro que se apega 
a una rama de árbol, tampoco.  ¡Deja de apegarte al pasado! 

Dice el proverbio hindú: 

"El agua se purifica fluyendo;  el hombre, avanzando." 
El mundo está lleno de sufrimiento;  la raíz del sufrimiento es el apego; 
la supresión del sufrimiento  significa la eliminación, el abandono, de los apegos. 
Hay un deseo común,  que es el cumplimiento 
de lo que se cree  que va a dar felicidad al yo,  al ego. Ese deseo es apego, 
porque ponemos en él la seguridad,  la certeza de la felicidad. 
Es el miedo el que nos hace  desear la felicidad, y ella 
no se deja agarrar. Ella es. Esto sólo lo descubrimos 
observando, bien despiertos,  viendo cuándo nos mueven 
los miedos y cuándo  nuestras motivaciones son reales. 
Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego. 
¿Abandonar los apegos  significa apartarse del 
mundo material? La respuesta es: ¡No! 

Uno usa el mundo material,  uno goza el mundo material, 
pero no debe hacer depender  su felicidad del mundo material. 
¿Está esto suficientemente claro?  Uno comienza a gozar las cosas 
cuando está desapegado, porque  el apego produce ansiedad. 
Si estás ansioso cuanto te aferras a algo,  difícilmente podrás gozarlo. 
Por lo tanto, lo que te propongo  no es una renuncia al goce: 
es una renuncia a la posesividad, a la ansiedad, a la tensión, 
a la depresión frente a la pérdida de algo. 
¿De dónde crees que provienen todos los conflictos?  De los apegos. 
¿De dónde crees que proviene el sufrimiento?  De los apegos. 
¿De dónde crees que proviene la soledad?  De los apegos. 
¿De dónde crees que proviene el vacío?  Tú lo sabes: el origen es el mismo. 
¿De dónde crees que provienen los temores?  También de los apegos. 
Sin apego no hay temor.  ¿Lo pensaste alguna vez? 
Sin apego no hay temor.

¿A que te apegas? ¿para que? despégate y fluye.


Autor: Anthony De Mello

lunes, 29 de septiembre de 2014


Mamitis aguda o relaciones de apego disfuncionales

  • Enrique, esta en una reunión compartiendo un rato con sus amigos y repentinamente se despide porque va a ir a ver a su mamá.
  • Daniel, pelea constantemente con su esposa porque ella no entiende que le llamó su mamá y necesita llevarla a visitar a unos familiares.
  • Rubén, se siente culpable porque ahora que está casado no puede visitar tan seguido a su madre, por ello los fines de semana la pasa con ella a pesar de lo enfurecida que se quedan su esposa y sus hijos.
  • Víctor, religiosamente todos los días justo a las 8 de la noche le llama a su mamá para saludarla y el día que olvida hacerlo la autora de sus días le hace un gran drama.


Antecedentes

El ser humano no vive aislado, somos seres sociables por naturaleza y las primeras figuras con quienes los niños tienen contacto son sus padres. La importancia de este acontecimiento, es que en esta fase se asentarán las bases de los contactos sociales experimentados por los niños más adelante.

Sin embargo, el papel desempeñado por la madre en la crianza de los hijos resulta ser de vital importancia en la formación de su seguridad emocional.

Así, las relaciones sociales se construyen, se desarrollan y se deshacen en el transcurso de nuestra vida y están intensamente marcadas por el periodo de la infancia y las relaciones con los padres y en especial la que se establece con la madre o la persona cuidadora. Aquí se construyen los cimientos de las relaciones sociales y de pareja posteriores. Uno de los aspectos esenciales en la entrada de la relación social es el apego y el otro se conoce con el nombre de socialización. El apego es el afecto o cariño y los cuidados físicos (Fischer, 1990) experimentados con las personas que me rodean, mientras que la socialización son el conjunto de reglas aprendidas de convivencia en sociedad, es lo aceptado y lo no aceptado que se espera que una persona haga en la convivencia en grupo.

Las interrogantes que se hacen las esposas
¿Me casé con un niño o con un hombre?, ¿por qué es casi imposible que en alguna ocasión le diga “no” a su mamá?, ¿por qué su madre tiene tanto poder sobre mi esposo?, ¿qué necesito hacer para ponerle distancia a su madre y mi marido se corte el cordón umbilical?.

Los primeros límites en el comportamiento de los hijos, vienen de los padres o las figuras que emocionalmente les brindan bienestar y seguridad. Y si estos han quedado grabados en los hijos en el proceso de socialización no es difícil imaginar a quién harán caso u obedecerán cuando sean grandes y evidentemente la esposa queda al margen de las necesidades de la diada madre e hijo. En este caso las madres serían quienes les enseñaron a sus hijos: lo bueno y lo malo de la vida y los hábitos que deberían de seguir para ser buenos muchachos. Los patrones generalmente asociados a este tipo de comportamientos son madres: autoritarias, sobreprotectoras o ambivalentes combinando ambos tipos de crianza.

En el aprendizaje de la infancia al mostrar nuestras emociones podemos traerlas a la edad adulta y consciente o inconscientemente las activamos por ejemplo: “Un niño puede sentir miedo cuando es regañado por su madre y en ocasiones en la edad adulta hay padres que siguen regañando a sus hijos adultos sin importarles quienes estén presentes como en la infancia e inconscientemente el adulto puede obedecerla para evitar caer en esa situación de miedo infantil que ha quedado guardado en su memoria”.


El papel de la madre en la triada
Supone que sigue teniendo el derecho de seguir educando a su hijo pues fue quien de dio su marco de referencia emocional y conforme a éste debería de actuar su crio, independientemente de los años que tenga o sus responsabilidades personales. Ella es la prioridad. La madre llega a suponer que no hay mujer digna de su hijo y la nuera es una de ellas. En ocasiones sí la madre ha fallecido, el patrón se queda instalado y sus enseñanzas seguirán rigiendo la vida de su hijo, pues las reglas que ella estableció nunca pierden su vigencia y los buenos hijos actúan de acuerdo a esas normas.

El papel del hijito de mami
Estar al pendiente en primer lugar de las necesidades de su madre, en segundo de las de él mismo y en tercer lugar las de la esposa e hijos. Se siente incapaz de madurar en su seguridad afectiva alejado de la madre. El hijo en general obedece porque una vez que quedaron introyectadas las reglas de crianza de la madre, en general no pretenden retarla o desobedecer y sufrir las consecuencias de ello. Esta es la razón inconsciente por la cual los hijos difícilmente retan la autoridad de la madre.

El papel de la esposa
Parecería ser que es la tercera en discordia y no obstante la valoración positiva que puede hacer de su marido, calificándolo como “buen hijo”, su pareja o sea el hijo de mami, deja de cumplir como esposo. Sin embargo, si desea continuar con la relación necesita empezar a generarle una estructura externa al marido poniendo límites de convivencia con su madre.

Categorías de Mamitis disfuncional

  • Mamá gallina: No solo alimenta a su crio no importando su edad, sino también se siente orgullosa de tenerlos juntos a donde quiera y no necesariamente incluye a las nueras. Generalmente les gusta que todos vivan en la misma casa, si las condiciones de espacio le permiten.
  • Mamá sargento: Ordena, disciplina, regaña, castiga, pone las reglas, en su casa, en la casa de su hijo, con la esposa de su hijo y por supuesto con los nietos, simplemente dicen: “porqué lo digo yo” y “soy tu madre”.
  • Mamá chantajista: puede enfermarse físicamente o emocionalmente ante la ausencia de los hijos, hasta llegar al consultorio médico o al hospital si es necesario. “En el chantaje están presentes dos puntos: el temor a la pérdida y al abandono, y el presionar consciente o inconscientemente a una persona a lograr los propósitos de quién somete al otro. Y se distinguen cuatros tipos de perfiles de chantajistas: castigadores, autocastigadores, víctimas y seductores (Forward, 2003). En general su efecto más poderoso se debe a que en el otro se pudo instalar la culpa: “una máxima en sicología es crea culpa y ganarás”.
  • Mamá Wonder Woman o Mujer maravilla: TODO lo resuelve y consigue, si considera que la nuera no es la adecuada protege al hijo y ahuyenta a la lagartona, si necesita conseguir gas o algo del super ella le dice donde debe comprarlo o lo lleva personalmente por el “amor que le tiene”.
  • Mamá Toy Story o “Yo soy tu amiga fiel”: Piensa que es la única mujer que puede entender a su hijito, quien por cierto es casado y tiene más de 30 años.
  • Mamá Supersabia: TODO ABSOLUTAMENTE TODO lo sabe, es una enciclopedia andando de su hijo, del mundo, de sus nietos, de cualquier tema que le interese a sus críos.
  • Mamá ISO 9000 o mamá certificadora: Es la única que sabe los gustos y preferencias de su hijo y nadie más. Le indica a la nuera como hacerle de comer al hijo, como plancharle la ropa, como arreglarle la ropa si sale a trabajar fuera de la ciudad, como calentarle las tortillas y TODO, pero lo más importante es que ella misma supervisa los estándares de calidad.
  • Mamá solita: Debido a que se encuentra en una situación de desamparo física y emocional, generalmente no es real y sus síntomas son psicosomáticos, le llama al hijo y le hace estar más tiempo con ella que con la esposa, porque siempre se queja de algo o de alguien, haciendo alusión a su condición de abandono.
  • Mamá super amorosa: Cada vez que sale a la calle le compra a su hijito, ropa, comida, accesorios y cuando esta con su crio de tantas atenciones que le tiene, incluyendo besos y abrazos, pareciera ser que es su pareja y no su madre.

Sugerencias para el cambio
  • Un hombre que ha podido madurar emocionalmente, se puede separar sanamente de sus padres y puede distribuir más equitativamente su tiempo de afecto y cuidados físicos (relación de apego) con los miembros de su familia, dando prioridad a su pareja, sus hijos y su familia de origen. Y estará dispuesto a ello porque inicia su propia familia empezando por su pareja.
  • Si la esposa no pone nuevas reglas de convivencia y se las hace saber al marido, simplemente, él seguirá las reglas de su progenitora y no se dará cuenta que ya es parte de otra familia.
  • Para algunas personas tener poder, “es poder controlar las conductas de los demás”. Sin embargo, para otras, es tener el control de uno mismo, esto significa que no podrás controlar las conductas de tu esposo para que deje de obedecer a su madre, pero si puedes mencionarle las molestias que sientes en la relación y puedes ver si él es capaz de establecer un compromiso contigo como pareja, sin tener que estar compitiendo con su madre.
  • Un hombre de verdad se da cuenta de que el apoyo que obtiene de su madre: ropa, techo, educación, amor y todo lo demás, tendrán que suspenderse cuando su mayoría de edad se consolide. Y que sí desea tener una relación verdadera, sincera y perdurable con una mujer. debe cortar el proverbial cordón umbilical para construir una nueva familia, “la propia” (Harvey, 2009).