jueves, 30 de mayo de 2013

Para que te sirve vivir en el pasado...

 Hay personas que están ancladas en el pasado y otras en el futuro, el caso es no disfrutar del aquí y del ahora, de nuestro presente. Solo tenemos una vida y hay que intentar disfrutar lo máximo posible agarrando cada segundo del presente que es lo único que tenemos. Si nos anclamos en el pasado no podemos disfrutar el hoy, cierra las puertas del pasado ya. Y si vives en el futuro siempre andarás anticipando, preocupado/a por lo que pasará.Proyecta el futuro que quieres y a partir de ahí construye tu presente; es decir ponte unos objetivos y ves dando pasos hacia el. El riesgo del pasado es que sea tan abrumador que paralice el presente o que impida un presente saludable. Así lo describe gráficamente Ionesco en una de sus obras, donde un hombre compra un piso nuevo y lo llena de muebles viejos, que prácticamente no deja sitio para caminar. Esto mismo ocurre cuando el pasado está omnipresente en el momento actual. Debemos, pues, aprender a seleccionar y saber soltar amarras para que el presente no se encuentre en el vacío ( sin historia) pero tampoco paralizado por el pasado. El pasado de cada persona es el soporte del presente. Es más: el pasado es donde se fabrica el presente. Además cada pasado es intransferible: las experiencias, los hechos, las circunstancias que cada individuo ha vivido son irrepetibles y además propias. De alguna manera somos en tanto en cuanto hemos vivido, pero también en tanto en cuanto programamos nuestro futuro. Sin embargo, aunque es cierto que no podemos vivir sin el pasado, no podemos quedar enganchados, como peces en una red, de las experiencias anteriores por muy traumáticas que hayan sido. Los recuerdos, pues, como parte de nuestra existencia deben estar presentes en cada momento, pero no pueden ser las únicas fuerzas para seguir viviendo. “De recuerdos no se vive” se suele decir, pues provocaría anquilosamiento y retroceso psicológico. Es más, si eso ocurriera nos podría ocurrir lo que la Biblia relata de la mujer de Lot, que se convirtió en estatua de sal, es decir, que nos podríamos quedar petrificados en el pasado, sin opciones para progresar y crecer. Vivir sanamente el pasado es rescatar aquellas experiencias que han servido como trampolín para el crecimiento psicológico y rechazar aquellas otras que han sido traumáticas y no han podido ser metabolizadas y aprovechadas para conseguir un equilibrio saludable.
Cierra, aprende de los errores ,disfruta el presente y proyecta el futuro que quieres, tú eliges.

lunes, 27 de mayo de 2013

La alegoría del águila.


 Me gusta mucho está historia porque define muy bien para mí que autoconcepto tenemos de nosotros, ¿que nos creemos que somos? ¿lo que nos han dicho?¿nos estamos limitando?

LA ALEGORÍA  DEL ÁGUILA (James Aggrey)

 

       Érase una vez un hombre que, mientras caminaba por el bosque, encontró un aguilucho. Se lo llevó a su casa y lo puso en su corral, donde pronto aprendió a comer la misma comida de los pollos y a conducirse como éstos. Un día, un naturalista que pasaba por allí le pregunto al propietario porqué razón un águila, el rey de todas las aves y los pájaros, tenía que permanecer encerrada en el corral con los pollos.

  - Como le he dado la misma comida que a los pollos y le he enseñado a ser como un pollo, nunca ha aprendido a volar - respondió el propietario -. Se conduce como los pollos y, por tanto, ya no es un águila.

- Sin embargo - insistió el naturalista -, tiene corazón de águila y, con toda seguridad, se le puede enseñar a volar.


       Después de discutir un poco más, los dos hombres convinieron en averiguar si era posible que el águila volara. El naturalista la cogió en brazos suavemente y le dijo: "Tu perteneces al cielo, no a la tierra. Abre las alas y vuela". El águila, sin embargo, estaba confusa; no sabía qué era y, al ver a los pollos comiendo, saltó y se reunió con ellos de nuevo.

 
       Sin desanimarse, al día siguiente, el naturalista llevó al águila al tejado de la casa y le ánimo diciéndole: "Eres un águila. Abre las alas y vuela". Pero el águila tenía miedo de su yo y del mundo desconocido y saltó una vez más en busca de la comida de los pollos.

       El naturalista se levantó temprano al tercer día, sacó al águila del corral y la llevó a una montaña. Una vez allí, alzó al rey de las aves y le animó diciendo: "Eres un águila. Eres un águila y perteneces tanto al cielo como a la tierra. Ahora abre las alas y vuela".


       El águila miró alrededor, hacia el corral, y arriba, hacia el cielo. Pero siguió sin volar. Entonces el naturalista la levantó directamente hacia el sol; el águila empezó a temblar, a abrir lentamente las alas y, finalmente, con un grito triunfante, se voló alejándose en el cielo.


       Es posible que el águila recuerde todavía a los pollos con nostalgia; hasta es posible que, de cuando en cuando, vuelva a visitar el corral. Que nadie sepa, el águila nunca ha vuelto a vivir vida de pollo. Siempre fue águila, pese a que siempre fue mantenida y domesticada como un pollo.




       Al igual que el águila, la persona que ha aprendido a pensar por sí misma como algo que no es, puede volver a decidirse a favor de sus verdaderas posibilidades. Puede convertirse en triunfadora.

Tras la lectura comprendas mejor lo que te comentaba al principio, si crees que eres un águila posees una cualidades ni mejor ni peor que el pollo, diferentes ,pero tenemos que saber que somos, quien soy , y con que cualidades cuento para ir por la vida.
Deja tus comentarios ,muchas gracias.

jueves, 23 de mayo de 2013

Direfentes formas de amor.

Los cinco lenguajes del amor
Es muy importante la armonía entre la pareja para conseguir una familia sana. 

La teoría del terapeuta de pareja Gary Chapman trata sobre los cinco lenguajes del amor. En definitiva este autor afirma que la armonía familiar está en función de si todos los miembros de la familia utilizan el mismo lenguaje de amor. De la misma manera que la mejor forma de entendernos en un país extraño es cuando hablamos el mismo idioma, así también en el pequeño mundo familiar es imprescindible utilizar el mimo lenguaje de amor.
Esta teoría dice así: no todas las personas expresamos nuestro amor de la misma manera. Para este autor lo podemos sinterizar en cinco formas:
1) A través de la palabra: por ejemplo: “Ese vestido te sienta muy bien”, “La comida te ha salido perfecta”, etc.;
2) La renuncia: “como a ti te gusta la playa, pues iremos a la playa”; 
3) Los regalos: el detalle de una flor, una entrada para el teatro, o un fin de semana en cualquier lugar;
       4) Actitud de servicio: “ir a recogerte en coche”, “ayudar en las tareas    domésticas"
      5) Contacto físico: las caricias y no solamente con un connotación sexual sino al cogerse de la mano por la calle, abrazarse en un paseo, etc.

Todas estas formas pueden servir para la convivencia siempre y cuando hablemos el mismo lenguaje. Lo importante pues no es el lenguaje en el que yo expreso el amor sino si la otra parte está en la misma onda.
El problema surge, pues, cuando cada miembro de la pareja o de la familia utiliza un lenguaje de amor diferente: el que prioriza la palabra no entenderá el contacto físico como cariño sino quizá como agobio; de la misma manera el que expresa su amor a través de la renuncia no comprenderá el mensaje de los regalos, por poner solamente algunos ejemplos.
Es por esto que con demasiada frecuencia aunque dos personas se quieran se pueden sentir incomprendidas y abocadas a la ruptura. Por esto, querido lector, te animo a un ejercicio de reflexión: cada miembro de la pareja o de la familia se puntúa de 0 a 10 en los diferentes lenguajes del amor. Después los resultados se confrontan con el otro y a partir de las diferencias que se observen habrá que trabajar para que todos hablen el mismo lenguaje de amor. Animo y a la búsqueda de la armonía, que será la antesala de la felicidad. Alejandro Rocamora Bonilla

No hay que ser tan serio para aprender!!!


El valor de la risa y las actitudes positivas en la educación


Foto de El valor de la risa y las actitudes positivas en la educación “La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa” Mark Twain En muchas ocasiones tenemos la idea equivocada de que lo importante no es divertido. Pero probemos a emplear la risa y las actitudes positivas con frecuencia, acompañando a lo que hacemos, los resultados serán más efectivos.  En la educación la risa y las actitudes positivas tienen un importante valor en muchas ocasiones desestimado. ¿Qué nos aporta la risa y las actitudes positivas?
  • Constituyen el mejor remedio natural contra el estrés y la tensión. La risa hace que nos relajemos y que liberemos tensión. Que veamos las cosas de otra manera.
  • Tienen un importante valor para expandir el conocimiento. Las actitudes y pensamientos positivos nos alientan para superar retos y lograr nuestras metas y no quedarnos atascados en el yo no puedo, si hacemos ver una dificultad con humor, damos la fuerza para superar esa dificultad y a la larga se amplía el conocimiento.
  • Estimulan el aprendizaje, los niños y niñas aprenden con el juego, el entretenimiento y la diversión.
  • Favorecen la creación de vínculos emocionales. La alegría hace que nos sintamos bien y el sentirnos bien nos une a las personas que tenemos cerca en ese momento que hacen que nos sintamos bien y que comparten esos momentos de alegría.
  • Contribuyen al desarrollo emocional sano y a un desarrollo cognitivo efectivo. Las actitudes positivas fomentan las emociones positivas, y ambas fomentan el desarrollo.
  • Favorecen una sana autoestima. Es importante saber reírse y ver las cosas desde un punto de vista positivo para tener una sana autoestima.
  • Hacen que tengamos pensamientos positivos. Si la actitud es positiva el pensamiento es positivo.
  • Refuerzan las habilidades sociales. Estar relajados y positivos contribuye a relacionarnos de forma efectiva.
  • Favorece la concentración. Estar alegre y en un ambiente relajado hace que la concentración sea más efectiva.
Una actitud positiva, nos va a ayudar a tener pensamientos positivos y a eliminar los negativos, de esta forma veremos las dificultades desde un punto de vista optimista. Esto contribuye a no centrar el problema en nosotros mismos, a ver más puntos de vista. Y así tenderemos a buscar soluciones, creeremos que estas son posibles y dispondremos de fuerzas y energía para llevar a cabo la solución. Es por ello que se hace imprescindible emplear las actitudes positivas y su expresión en forma de risa para la educación de los más pequeños. Ya que enriqueceremos el proceso educativo y el desarrollo de los niños/as. Pautas para educar con una actitud positiva
  • Establece buenas relaciones con los demás. Si creas un ambiente de relaciones positivas y alegres, los niños y niñas se sentirán relajados y cómodos y las actitudes positivas surgirán de manera natural.
  • Préstale Tiempo y atención suficiente. Dedica tiempo de calidad a los pequeños, juega con ellos, cuéntales un cuento, ríe, habla, escúchales, etc. Deja a un lado las preocupaciones y dedícales unos momentos relajados, divertidos, sin tensiones.
  • Sé empático con ellos, ponte en su lugar, no les juzgues entiéndelos. Si se sienten comprendidos se sentirán cómodos para expresar sus actitudes positivas.
  • Utiliza un estilo de educación congruente y coherente. Evita mandar mensajes contradictorios a los pequeños. Es importante que seas coherente, si no permites determinada actitud no la permites nunca, que no dependa de tu estado de ánimo o cansancio.
  • Emplea unos valores compartidos por todos los miembros de la familia. Es fundamental que tanto el padre como la madre sigan una misma línea educativa. Así como todos los miembros de la familia. Las contradicciones generan sentimientos y actitudes negativas.
  • Muéstrate con naturalidad, en todo momento deja que tus actitudes surjan, no fuerces una actitud positiva, relájate primero y después deja que salgan las actitudes.
  • Sirve de ejemplo, no escatimes en sentido del humor. Ríete a menudo, bromea, juega canta. Muestra ante los problemas una actitud positiva, no te dejes desanimar. Los niños y niñas aprenden más de lo que ven que de lo que les dice.
  • Dialoga con los pequeños cuando se les presente una dificultad o problema, muéstrale pensamientos positivos acerca de esta situación particular.
  • Motívale, hazle ver que puede, si tú crees que pueden, ellos creerán que pueden, tendrán la actitud positiva que necesitan.
Los niños/as que crecen en un ambiente alegre y positivo, tomarán esas actitudes en sus vidas futuras. Si queremos educar a los niños/as para que sean brillantes, debemos educarlos en el buen humor, en las actitudes positivas y sanas que fomenten su alegría y su risa. A veces cuando vemos a personas felices creemos que lo son porque todo les va bien, pero deberíamos pensar que tal vez todo les vaya bien porque son alegres y tienen actitudes positivas como un estilo de vida. AUTORA. Celia Rodríguez Ruiz

lunes, 20 de mayo de 2013

Amor adictivo

ADICCIÓN AL SUFRIMIENTO EMOCIONAL

No os espante el dolor; o tendrá fin o acabará con vosotros (Séneca)

Todos conocemos o hemos oído hablar de personas que embaucan constantemente relaciones tormentosas y cuyo vínculo ocasiona para la persona más sufrimiento que el propio placer. De fuera, no logramos entender como algunas personas prefieren tener este tipo de relación dolorosa y únicamente salen de ella para entrar en otra igual o peor.

La adicción al sufrimiento, de la misma manera que la adicción a las drogas o al juego, genera el clásico patrón de compulsión repetitiva en el que la persona no puede lidiar con la falta de conflicto en la relación y la sabotea. La elección del sufrimiento como forma de vida supone algo normal y cómodo para estas personas, pues el cuerpo y la mente buscan constantemente la homeostasis, el estado de equilibrio, y para ellos viene representado por el dolor emocional y si no lo hay sienten amenazada su propia seguridad.

Generalmente, se da con mayor frecuencia en mujeres y entienden que el amor conlleva sufrimiento y son capaces de aguantar sin límites. Si no hay sufrimiento no hay relación, ni amor. Suelen sentirse atraídos por aquellas personas que saben que más daño le harán y que son emocionalmente inaccesibles. Los adictos emocionales están acostumbrados a vivir determinadas experiencias desde la infancia, por lo que crean situaciones para obtener esa experiencia de sufrimiento. Es la única forma de sentirse cómodos en su zona de confort. Pueden creer que necesitan cambiar pero no lo hacen.

La relación con los padres pudo ser fría, indiferente o abusiva. Las constantes reprimendas y castigos invalidaron los sentimientos del niño y acabó internalizando que el sufrimiento es amor. Las necesidades insatisfechas en la infancia conducen a la ansiada búsqueda de amor que no se recibió de los padres. Sin embargo, en un ambiente familiar donde está ausente el afecto también existen momentos de cercanía y cariño, al igual que sucede en las parejas, que también presentan cualidades atractivas y muestras de aprecio. Las conductas impredecibles de los padres, la cercanía y el rechazo, es lo que genera la dependencia en los hijos y éstos, de adultos, tratan de generar situaciones que susciten esa actitud afectuosa.

La persona con adicción al sufrimiento trata de buscar el amor que no obtuvo en la infancia, una necesidad inconsciente de volver a vivir las relaciones familiares tempranas, hasta lograr el dominio de la situación y cambiar el resultado final. La decisión inconsciente que toma es repetir su patrón de comportamiento una y otra vez hasta que lo consiga.

Llegan a creer que pueden cambiar a la otra persona “con su amor”, estando dispuesto a esforzarse más por complacer, haciendo todo aquello que creen que puede salvar la relación y que finalmente llegará la ansiada felicidad. Pero el problema no son los demás, sino ellos mismos. Es imposible buscar sosiego y paz cuando estamos buscando insistentemente vivir sólo aquellas experiencias que creemos nos hacen felices.
 
Podéis dejad vuestras opiniones o publicarlo en Facebook,  gracias.

jueves, 9 de mayo de 2013

No dejes las cosas para mañana y descubrirás...

Como quien no quiere la cosa, el hecho de estar activos implica que nos movamos en una interacción continua con un mundo que genera un tránsito imparable de cuestiones que deben ser resueltas.
Los asuntos entran en nuestra vida por tantísimos canales y con tal intensidad hoy en día que, sin darnos cuenta, se van acumulando tareas que requieren ser solucionadas en diferentes formatos, soportes y entornos: correos electrónicos, mensajes en las redes sociales, correspondencia convencional, mensajes en el móvil en el formato que sea, incluso ideas que mantenemos en nuestra mente o a lo sumo anotamos en el papel o en una nota de voz. Respuestas pendientes en multi-formato, en definitiva.
Acciones que deben ser hechas. Contestaciones que deben ser dadas. Ideas que piden convertirse en hechos. Todas entran sin parar y se acumulan como tareas pendientes. Y proporcionalmente a la necesidad de dar salida, de responder y resolver, aumenta nuestra ansiedad, consciente o inconsciente. Es necesario entonces resolver con la mayor calidad y velocidad posible.
Resolver  es un buen verbo que quiere decir:
1.- Hallar la solución a un problema,
2.- Elegir entre varias opciones,
3.- Hacer que una cosa se acabe o tenga un resultado claro,
4.- Concluir.
Sí: solucionar, elegir, hacer, concluir. Nada menos. No en vano, la palabra resolver se mueve en la familia de otros términos que nos aligeran nuestras unidades de atención permanente: resolución, solución, solvencia, solvente…  Y es que, etimológicamente, el verbo resolver viene de resolvere que quiere decir desatar.
Porque lo que no resuelves, te ata, te bloquea, te atasca, te para.
Más claro, el agua.
Y es que cuando algo no se resuelve es porque se ancla entre el pasado (pereza anterior, miedo anterior, duda anterior, culpa anterior, indefinición anterior… ) y el futuro (angustia por si… ). Luego, la resolución siempre está en el ahora.
Si tienes que resolverlo, hazlo. No postergues. ¡Ya!
Si puedes o debes delegarlo, hazlo. No bloquees. ¡Ya!
Si ni puedes resolverlo, ni puedes delegarlo, no marees la perdiz. Tíralo y deja espacio para resolver otras cuestiones importantes. ¡Ya! Y no te preocupes, si es realmente importante, el asunto volverá a ti para que le des respuesta resolutiva.
Esta es la regla que, personalmente, me ha funcionado francamente bien ante las mareas de asuntos a resolver: HAZLO, DELÉGALO o TÍRALO.
Es decir, resuelve, gestiona o deshazte. Pero ahora. Aquí y ahora.
De este modo bajarán a paso ligero los emails con banderita, las notas de asuntos pendientes, los post-it, las anotaciones en libretas, las cartas que pasan de un lado al otro de la mesa, los mensajes no borrados en el contestador, etc, etc, etc. Con la desactivación por resolución de esas “Unidades de Atención Permanente” finalmente satisfechas recuperamos serenidad, ganamos espacio y lucidez, podemos entonces concentrarnos en tareas nuevas y creativas, y además sabemos que desbloqueando lo que estaba bloqueado en nuestra parcela, damos también vida y movimiento a la de los demás, porque el efecto de un desbloqueo es siempre sistémico.
Vamos. A volar.

miércoles, 8 de mayo de 2013

El buen amor en la pareja I.

El Buen amor en la pareja.
¿Cuales son las diferencias entre el buen amor y el mal amor?

El buen amor se reconoce porque somo reales, abiertos y respetuosos y somos más felices. La pareja se nutre entre sí, no se destruye. "Digo sí, a todo lo que eres, te acepto tal y como eres". Entonces la pareja se siente ligera, profundamente mirada, y tranquila. El mal amor, dice "no me gusta como eres, tienes que cambiar" entonces el corazón se encoge. El buen amor, hace que la pareja sonría, y diga gracias. "Gracias por existir, "gracias por quererme" "gracias por ser como eres". El mal amor, se complica, entra en juegos psicólogicos, se orienta hacia el sufrimiento. El buen amor, dice "porfavor" acercándose al otro desde el respeto, la vulnerabilidad y la fragilidad. El mal amor, en lugar de respetar, lucha porque las cosas fueran diferentes, se sacrifica en lugar de respetar al otro.El buen amor está basado en el orden, primero la pareja, luego la familia de origen, en el equilibrio entre el dar y el tomar y en la mirada dirigida a la vida, en abrir el corazón. El mal amor, es ciego en lugar de ver e integrar lo que hay, se empecina en que las cosas no son como deberían ser.

El buen amor, es una relación entre adultos que han podido sanar sus relaciones anteriores y curar sus heridas infantiles, el mal amor es una relación entre niños que luchan para satisfacer sus necesidades irreales del otro. En el mal amor, uno más uno, suman menos que dos. Algunas parejas se quedan en pautas que les entristecen y les empobrecen y les quitan vida.

 "En el buen amor uno más uno suman más que dos. Se nutren mutuamente, se enriquecen y se multiplican. Saben expresarse el reconocimiento mútuo" Joan Garriga. 


El buen amor es con los ojos abiertos, es aquel que es capaz de mirar la realidad respetarla y aceptarla. Aceptar y querer al otro con sus imperfecciones. Espero que os sirvan algunas de estas joyas para sanar las relaciones de pareja.
Habrá segunda parte, escribir vuestros comentarios o picar sobre los iconos de abajo,gracias,un saludo.

Cuestión de autoestima

5 pasos para desarrollar una actitud auto-compasiva:

ejercicio dedo frente1. Observa qué cosas te dices a ti mismo.  A menudo nos decimos cosas de forma automática. Es como cuando nos damos un golpe y nos decimos “pero qué torpe soy”. Estas frases simplemente las hemos aprendido a lo largo del tiempo y se han convertido en respuestas instintivas. Por eso, el primer paso para comenzar a ser amables con nosotros mismos, es darnos cuenta de las cosas que nos decimos.
2. Reprograma tu diálogo. Una vez que eres consciente de todas las cosas que te dices todos los días, observa el tono y el lenguaje que utilizas contigo y emplea aquel que sientas que te hace sentir mejor. Encarna el papel de tu mejor amigo para contigo mismo.
pensamiento3. Siente tus emociones. Nos han educado en un modelo que obvia las emociones. Sobre todo las etiquetadas como negativas. Sin embargo, no existen emociones negativas y positivas. Las emociones son emociones y todas son naturales. Lo negativo es reprimirlas. Aprender a acoger y recibir las emociones abre una espacio a la consciencia y el bienestar.
4. Atención a tus expectativas. Tener sueños y objetivos nos marca un camino a seguir. Sin embargo, en ocasiones se convierte en una carrera de fondo y sin fundamento. Marca expectativas y luego suéltalas para concentrar tu energía en hacer lo que va tocando en cada momento. Así el camino está vivo y te sentirás libre y feliz caminando por él.
5. Toma decisiones desde el ahora. Concéntrate en tu situación problema y pregúntate: ¿Qué me haría sentir bien ahora mismo ante esto que observo? Decide desde ahí.
 

Una de celos

Los “malditos” celos: los celos como prueba de amor.

Jugar con los celos puede ser peligroso
Jugar con los celos puede ser peligroso
Algunas personas identifican los celos con el amor y creen, erróneamente, que si tu pareja no está celosa, significa que no está enamorada de ti. Partiendo de esta premisa, de manera más o menos consciente, generará situaciones que provoquen celos en su pareja, y como podemos imaginar, un montón de problemas. ¿Por qué sucede esto?
Hay varias posibilidades, como el aprendizaje, lo que ha visto en sus figuras de referencia (sus padres), la autoestima personal, o una mezcla de ellas. También observamos un cierto enganche a la dinámica celos-pelea-reconciliación: de los celos se pasa a la discusión, el llanto, la pasión y luego a unas maravillosas reconciliaciones, para después, volver a empezar con lo mismo. Esto a corto plazo se puede llevar, e incluso resultar estimulante, pero, a la larga, esta montaña rusa emocional acaba dañando la pareja.
¿Solución? Siéntate a hablar con tu pareja y abordad los temores que con toda seguridad se esconden detrás del que tiene la necesidad de sentir los celos del otro, y que aprenda a pedir lo que quiere o necesita de una manera más directa. Y por otro lado el que sepamos reforzar a nuestra pareja “celosa” en las cosas que tiene que nos gustan, que deseamos o que nos hacen sentir bien de su carácter o forma de ser, calmará su inseguridad y así su necesidad de generar celos para sentirse querido/a.
No olvidéis dejarme vuestros comentarios o pinchar en los iconos de g+,Facebook y así lo difundís.  Y si queréis saber más sobre este tema os recomiendo leer el capítulo 13 de “Ysinembargotequiero: claves para una buena vida en pareja”.