miércoles, 24 de octubre de 2012

Abuelos que miman... ¿demasiado?
 
 
  • Son las raíces que sujetan al árbol familiar. Por eso, por el bien de losniños, conviene solucionar los confl ictos entre generaciones.

Quien ha tenido la suerte de disfrutar de sus abuelos sabe el tesoro que se esconde en los cimientos de su vida. Estos familiares proporcionan a los niños una seguridad diferente a la que aportan los padres. Su amor es el refugio más seguro y cariñoso que solemos tener en nuestra infancia.

Pero algunas veces pueden aparecer enfrentamientos entre padres y abuelos, porque los primeros consideran que los segundos miman demasiado a los niños y estropean la educación que les dan. Este tipo de sentimientos conviene resolverlos, ya que son conflictos entre adultos que solo perjudican a los niños.

Los abuelos están, entre otras tareas, para mimar a sus nietos, en la medida que puedan hacerlo. Ahora bien, nunca deben actuar en contra de la opinión de los padres y si lo hacen deben explicarlo. Los progenitores, por su parte, no deben sentirse incómodos porque sus mayores actúen de forma diferente a la suya.

APOYO SIN CRÍTICAS. Lo que se da a los nietos es un amor que organiza el mejor egoísmo posible, porque los abuelos quieren sin condiciones, dan sin pedir nada, el amor que se recibe de ellos es el más desinteresado que se puede encontrar.

"Ya he avisado a mis hijos de que seré una abuela que mimará a sus nietos", dice Inés a una amiga. Inés acaba de ser abuela y está muy ilusionada. "Bueno, ya verás cuando te dejen al niño y después te digan que lo malcrías", responde su amiga. "No creo que tenga problemas con ellos. Mis hijos son responsables y no pienso criticar a mi nuera. Nunca les llevaré la contraria, pero sí quiero tener la posibilidad de disfrutar con mis nietos y mimarles cuando me apetezca. Ahora les toca a ellos educar y a mí quererles. Necesitan mi apoyo y no mi crítica. Y les ayudaré, en lo que pueda, pero disfrutando con mis nieto", explica Inés. Mientras decía esto, la recién estrenada abuela recordaba la buena relación que tuvo con la suya, con la que vivió bastante tiempo y que se convirtió en un refugio cuando no se entendía con su madre.

Ser abuela permite elaborar psíquicamente el hecho de haber sido madre. Ahora bien, si se guardan conflictos con la madre puede suceder que se rivalice con la nuera, incluso con la propia hija. Entonces no se disfruta del lugar de abuela. Cuando se protesta de esta condición, es porque se hacen cargo demasiado de los nietos y les miman en contra de los padres y no a favor de la relación que tienen entre ellos.

AMOR INCONDICIONAL. El nieto no es un hijo y no tiene que serlo. Cuando una abuela mima a su nieto refiriéndose a que ella le da lo que no le da su madre, está sufriendo una lucha interna contra el deseo inconsciente de querer quitarle a la madre su función. Si la abuela se siente querida, enfrentará mejor la vejez y podrá disfrutar de su lugar. En caso contrario, puede llegar a chantajear o competir por el amor de los pequeños. Los abuelos han sido padres, pero esta experiencia, a veces, no es garantía de ayuda. Si han tenido sentimientos de inferioridad y no han podido resolver complejos infantiles, tratarán de compensarlo con sus nietos y es entonces cuando aparecen los problemas, porque rivalizan con sus propios hijos.

Una situación difícil se plantea cuando la abuela quita autoridad a la madre, aunque si esta actúa segura de sí misma, su autoridad no se verá mermada. A solas con el niño, conviene que le aclare la diferencia de puntos de vista con su abuela, debido a que pertenecen a distintas generaciones. La maternidad es conflictiva, el amor es más ambivalente, porque es más dependiente. Los padres están para educar, para reglamentar. Los hijos les obedecen por amor, pero también sienten rabia a veces contra las inevitables restricciones que la educación impone, se preguntan si los padres les querrán si son como ellos quieren, etc.

Sin embargo, el sentimiento de los abuelos no es ambivalente, han superado las tensiones que se tienen con los padres y entonces solo queda el amor tierno, llano, sin altibajos. El abuelo es el representante del padre, está ahí como una contención familiar, para que se cuente con él y para relatar la historia familiar, le da al nieto una continuidad generacional que le coloca en el tiempo. La abuela puede ayudar en aquello que siempre ha hecho y que la madre hace ahora por sus hijos: comida, cuidados, etc. Si no ha conseguido vivir bien su maternidad, es más fácil que compita con su propia hija o con su nuera, algo a lo que las madres jóvenes son muy sensibles, pues lo que necesitan es sentirse seguras en su papel.

ACEPTAR AL OTRO. Esa necesidad es un resto de la infancia de los padres que sobrevive en la madurez. Ya se trate de dinero, de presencia o de consejos, los padres esperan de los abuelos lo que han esperado siempre de ellos desde su más tierna infancia. Que estén allí cuando tienen necesidad de ellos, que les ayuden y que les consuelen. También les piden que sean una autoridad, pero los padres que llegan a adultos quieren que la autoridad de los abuelos venga en apoyo de la suya, que les aprueben siempre en lo que hacen por el niño, porque delante de su hijo los padres se sienten un poco como niños.

La hija necesita que se le apoye en su papel de madre y en el ejercicio de la autoridad con sus hijos. Con su ternura, y explicando las razones que mueven a los padres, la abuela "suaviza" la percepción del niño de la autoridad paterna/materna y el niño se muestra más dispuesto a acatar las normas. La actitud más saludable que puede tener una abuela es la de ver a su hija como la madre de sus propios hijos, no como una menor que aún la necesita.

Para el nieto, lo más "útil" de una abuela no es el establecimiento de normas –ese papel corresponde a los padres–, sino sentir que ella le quiere sin condiciones, tal como es. Ese "amor de abuela" enseña al niño/a aquererse y respetarse. Insustituible e irrepetible relación.

EVITAR ERRORES:
  • Las abuelas deben entender la fragilidad de las madres que pueden sentirse inseguras ante la educación de sus nietos. Y las madres deben reflexionar sobre la excesiva importancia que le dan al o que hacen las abuelas.
  • Los niños saben distinguir entre el amor a los padres y a los abuelos; es distinto y eso enriquece a todos.
  • Los abuelos deben comprender que los hijos no les pueden compensar de carencias de las que no son responsables. Y los hijos no deben abusar de los abuelos.
  • Para evitar rivalidades es necesario establecer claramente que la educaciónpertenece a los padres.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
  • Los abuelos tienen el mejor papel: dar amor, sin poner en entredicho la autoridad paterna. Si el niño percibe opiniones distintas, los adultos pueden explicar que se deben a "diferencias de visión entre las generaciones". Así nadie desautoriza a nadie. Además, esta explicación tranquiliza al niño porque deduce que tiene la libertad de no pensar en todo como sus padres.
  • Los abuelos deben ser respetuosos con los padres y los hijos dejar que los abuelos actúen a su aire.
  • Los abuelos necesitan que se les tengan en cuenta, pero sin que se les exija más allá de lo que realmente pueden dar. Algunas abuelas, en su incapacidad de valorarse y de poner límites a esas peticiones, aguantan y viven con resignación lo que tendrían que disfrutar con placer. Esta actitud devalúa su papel ante los ojos de sus propios nietos. Por el contrario, una abuela segura, que vive plenamente su condición, transmite un mensaje de firmeza y esperanza.

 

martes, 16 de octubre de 2012

Taller de inteligencia emocional

El pasado día 25 de Septiembre impartí el Taller de Inteligencia Emocional en Fundar Chiva, aquí os dejo unas fotos del día. El día 31 de Octubre lo repetiré gratuitamente para voluntarios en Fundar Valencia, en la Calle Fuencaliente.

miércoles, 10 de octubre de 2012

"400 amigas virtuales y me siento sola"

Sentimientos

"400 amigas virtuales y me siento sola"


El 20% de niños hace un uso de Internet que sus padres no aprobarían - Imagen 1

  • Cuando no hay otra comunidad de pertenencia más sólida, el adolescente usa la tecnología para satisfacer su necesidad de reconocimiento.


Se puede llegar a tener cientos de conocidos a través de esas redes sociales que tanto tiempo ocupan en la vida de los jóvenes y los adolescentes. De hecho, los menores las usan fundamentalmente con este fin: el de captar nuevas personas con las que compartir afinidades. Pero, ¿qué tipo de vínculos une a estas amistades virtuales? ¿Pueden aliviar la sensación de soledad o, por el contrario, podrían estar al servicio, en algunas ocasiones, de evitar los conflictos que una relación personal cara a cara puede promover?

Lo que más valoran los adolescentes de sí mismos es la popularidad y, para conseguirla, necesitan tener amigos. Las redes más visitadas por este público son Facebook, MySpace, Tuenti y Twitter. El propio creador de una de ellas, Facebook, Mark Zuckerberg, era un chico tímido en sus relaciones personales, pero consiguió con su invento muchos contactos.

Nuestra identidad en esta etapa de la vida no puede entenderse sin amigos, pero la amistad virtual no es equiparable a la real. Los adolescentes lo saben, pero sus compañeros de la Red forman parte de una contabilidad fantástica. Para ellos, el anonimato y la intimidad ceden ante el deseo de fama y popularidad. Según algunos expertos, la falta de límites en su educación les ha promovido una exigencia en el rendimiento y en la cantidad de relaciones y actividades que practican con otros.

En general, lo que buscan es una señal de reconocimiento. La idea que subyace es que cuantos más amigos se tiene, más reconocido se es. El grado de popularidad es directamente proporcional al número de contactos. El fenómeno provoca una señal de acompañamiento, que no se corresponde con la realidad, pues hay adolescentes con muchos contactos que se sienten solos. Se podría decir que de esta forma llenan a veces un vacío, en el sentido de que siempre se está en comunicación con alguien, aunque no se le conozca.

Rodrigo, de 15 años, llega a una psicoterapia acompañado de sus padres, que están preocupados por él. Relatan en la primera entrevista los problemas que les inquietan: Rodrigo se está volviendo arisco, se pasa mucho tiempo encerrado en su habitación y apenas sale de casa. Es muy aplicado y siempre argumenta que tiene que estudiar.

El chico, por su parte, afirma que tiene problemas con sus padres, pero que, en contra de lo que ellos aseguran, él tiene muchos amigos, casi 400. Sus amistades son todas virtuales. Rodrigo es un adolescente muy estudioso, pero aislado socialmente. Sufre una fobia que le ha ido alejando cada vez más del contacto con los demás. A través de la pantalla del ordenador contacta con mucha gente y eso le sirve para crearse un mundo de fantasía donde mira y es contemplado, pero no tocado, que era algo que le producía miedo. Rodrigo compensa su temor al contacto personal con sus amigos del mundo virtual.

PULSIÓN NARCISISTA

El problema aparece cuando se cae en el engaño de considerar a estas personas "virtuales" como auténticos amigos. Esas amistades ayudan a atemperar la angustia de la soledad que se siente si no hay otra comunidad de pertenencia más sólida o unas relaciones familiares donde exista una verdadera comunicación entre sus miembros.

Los adolescentes usan la tecnología buscando dos tipos de satisfacciones. Por un lado, la narcisista, ligada a la imagen personal; por otro, la de unión con otro u otros. La conexión con iguales y miembros de su generación es importante para ellos y, en la utilización de estas redes sociales, se ponen en juego muchos aspectos subjetivos y se configuran identidades con frecuencia engañosas. Los jóvenes sufren al enfrentarse con sus conflictos, en un mundo en el que se les hace difícil ser adultos y crean una identidad acorde con sus fantasías.

FANTASÍA INFANTIL

El placer principal de esta actividad guarda relación con la mirada y la voz, pulsiones que se satisfacen cuando se conectan a la Red, y que satisfacen fuera de sí mismos, esto es, colocándose como objetos. El adolescente busca hacerse ver, ser escuchado o leído. Quiere estar acompañado en una época en la que se fomenta el individualismo por encima de la solidaridad. Todo estofavorece el 'voyeurismo' y pueden darse fenómenos de identidades excesivamente virtuales. Antes, la identidad se armaba en relación a ideales compartidos. Hoy, lo que más peso tiene es la propia imagen y esto hace a los jóvenes sentirse frágiles. Vivimos en la era de la apariencia y quizá, sobre todo, en la de la mirada. Al mirar gozamos, pero al ser contemplados nos sentimos inquietos porque hay en esta forma de relación aspectos que nos sobrepasan.
Cuando el apego a las redes sociales es excesivo, nos encontramos ante una personalidad donde el yo no está suficientemente integrado y busca el contacto social por encima del personal. Necesita consolidar la identidad a través del contacto grupal, búsqueda que se convierte en primordial durante la adolescencia. Una pantalla atractiva y un teclado suave están disponibles para proyectar el mundo interno, para colocar las marcas de la propia historia. Es decir, para transferir las necesidades propias de relacionarnos con el otro esperando encontrar un vínculo que sirva para llenar lo que se necesita, un buscar y rebuscar hasta creer encontrar en el juego de las presencias y ausencias lo que se desea. Estos vínculos funcionan para algunos como el mundo imaginario de la infancia, cuya presencia calma y da seguridad, como el trapito suave o el osito de peluche utilizado en la niñez, un objeto externo que siempre está a mano y hacia el que se desplaza la inseguridad interna.

Las redes sociales constituyen una excelente herramienta. Su buen uso facilita la vida moderna y permite mejorar los vínculos reales, pero también pueden servir para huir de la realidad personal.

EVITAR ERRORES

  • La comunicación con los jóvenes es fundamental para paliar la sensación inevitable de angustia que viven.
  • A esta edad, suelen negar sus limitaciones y pueden confundir las amistades virtuales con las relaciones personales, en un intento de aliviar los conflictos que les plantean.
  • Cuando un adolescente construye un blog, suele pensar que solo lo ven sus amigos y quienes están interesados en lo que dice. No piensa que cualquiera puede leer lo que escribió.
  • Hay que controlar en alguna medida sus redes para evitar fenómenos como el sexing (envíos de fotos privadas con carácter erótico) y el ciberbullying (acoso o intimidación a través de internet).
¿QUÉ PODEMOS HACER?
  • Acompañar a nuestros adolescentes en su proceso de crecimiento, sabiendo que crecer representa poder separarse de nosotros y, para conseguirlo, se tienen que apoyar en sus relaciones. Tenemos que interesarnos por sus amigos y saber con quién se identifica y qué conflictos les plantean las relaciones personales.
  • Las recomendaciones que deberíamos proporcionarles son: no dar información personal, no subir fotos privadas, no publicar fotos de otros sin su permiso, no contactar con desconocidos y no quedar con alguien que hayan conocido por internet.
  • Algunas características pueden favorecer un uso inadecuado de las redes, como la obsesión por el reconocimiento externo, donde el otro se usa como apoyo para la propia autoestima; el uso infantil que implica exhibirse públicamente por falta de "capacidad para la intimidad" y la fantasía de que sean los demás los que carguen con contenidos agresivos propios.

viernes, 5 de octubre de 2012

DIA DE LA SALUD MENTAL

EN EL DIA MUNDIAL DE LA SALUD MENTAL EL COLEGIO DE PSICOLÓGOS QUEREMOS MOSTRAR NUESTRO APOYO A TODAS LAS PERSONAS AFECTADAS DE CUALQUIER TIPO DE TRASTORNO MENTAL Y SUS FAMILIARES. Y REIVINDICAR LA FIGURA PROFESIONAL DEL PSICOLOGO QUE DESDE DIFERENTES ÁMBITOS INTERVIENE EN EL ESTUDIO, PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LOS PROBLEMAS DE SALUD MENTAL.

HAY QUE TOMAR CONCIENCIA Y PREVENIR Y SI TIENES ALGÚN PROBLEMA EN EL QUE SIENTAS QUE NECESITAS AYUDA DE UN PROFESIONAL, PIDELA!!!A QUE ESPERAS.
Según la OMS: 450 MILLONES DE PERSONAS PADECEN UN TRASTORNO MENTAL El pronostico es que en el año 2020, la depresión y otros trastornos mentales serán responsables de la mayor carga económica y social de todos los países y advierte de la carencia de recursos económicos y humanos necesarios para hacer frente a esta gravísima situación.
En España, la situación es muy complicada. Si comparamos el número de recursos humanos de la sanidad publica, estamos lejos de la media europea de 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes. En España tenemos 4,3.
A la carencia de recursos humanos hay que sumarle los efectos de la crisis económica que afecta en mayor medida a las personas más desprotegidas y vulnerables como son los enfermos mentales y hace más difícil a los individuos la adaptación a esta nueva situación, provocando el aumento de las alteraciones mentales .
Los psicólogos queremos aportar soluciones que aminoren o eliminen el sufrimiento que producen los problemas psicológicos en nuestros ciudadanos, sabiendo que una intervención eficaz tendrá en cuenta el contexto del individuo, trabajaremos desde el sector de la salud y el sector social de modo integral y combinado.
Nuestra propuesta :
IMPLEMENTAR programas de mejora de acceso a terapias psicológicas en la sanidad publica, ya que según la evidencia muestran una mayor eficacia a largo plazo frente al tratamiento convencional compuesto solo por prescripción farmacológica.
DAR A CONOCER, en relación a la salud mental, mas allá del necesario e innegable papel que desempeñan los psicólogos clínicos de los ámbitos estrictos de salud, la labor preventiva y de intervención que se realizan por otros profesionales de la psicología como en el caso valenciano son los psicólogos municipales (Gabinetes Municipales y Servicios Sociales), que intervienen en aspectos de salud mental infantil y adolescente, programas preventivos o terapia del duelo entre otros.
 
VALORAR el papel de las emociones en la salud y el bienestar, la intervención psicológica supone una mejora en la regulación emocional y por tanto en el curso y pronóstico de enfermedades médicas.
RECONOCER que cierto número de trastornos mentales se pueden prevenir. Para lo cual, hay que llevar a cabo programas de intervención psicológica que promuevan la salud mental durante todo el ciclo vital, para garantizar a los niños una vida saludable y evitar trastornos mentales en la edad adulta y en la vejez.