¿BAILAMOS?
Cuando uno no quiere dos no bailan, dice el dicho , sabio refrán, pero difícil de aplicar.
¿Porqué nos cuesta tanto posicionarnos, ser firmes, controlarnos?.
El título de este artículo es en referencia a cuando nos provocan y nosotros entramos al trapo. Saber controlarse y decir que no o nada es lo difícil, por eso si uno no quiere dos no discuten. De ahí la importancia de posicionarnos.Si decimos que no, hay que actuar en consecuencia, sino se crean incoherencias, si dices una cosa verbalmente procura que tu gesto, tu tono, tu voz, tu expresión corporal, es decir tu comunicación no verbal, diga lo mismo que tu boca, para no confundir al otro, pero primero ten claro lo que quieres sino lo que pasa es que mareas al otro y a ti mismo. Si estás enfadado hazlo saber con todo cuerpo, no te rías al transmitirlo sino estás dando mensajes contradictorios. Y muy importante ser firme con lo que decidamos, sea lo que sea, mantenlo, eso te dará poder personal, mantendrás tu posición, y serás coherente. Por ejemplo, si tienes claro que ya no quieres una relación con alguien porque te hace daño, no quedes otra vez, no le cojas el teléfono, si lo has dejado no flaquees y sé consecuente con tu decisión con lo que ello implica. ¿Y porque resulta esto tan difícil? ¿Por qué volvemos a caer en la misma trampa y volvemos a engancharnos y entrar al trapo?
¿Porqué nos cuesta tanto posicionarnos, ser firmes, controlarnos?.
El título de este artículo es en referencia a cuando nos provocan y nosotros entramos al trapo. Saber controlarse y decir que no o nada es lo difícil, por eso si uno no quiere dos no discuten. De ahí la importancia de posicionarnos.Si decimos que no, hay que actuar en consecuencia, sino se crean incoherencias, si dices una cosa verbalmente procura que tu gesto, tu tono, tu voz, tu expresión corporal, es decir tu comunicación no verbal, diga lo mismo que tu boca, para no confundir al otro, pero primero ten claro lo que quieres sino lo que pasa es que mareas al otro y a ti mismo. Si estás enfadado hazlo saber con todo cuerpo, no te rías al transmitirlo sino estás dando mensajes contradictorios. Y muy importante ser firme con lo que decidamos, sea lo que sea, mantenlo, eso te dará poder personal, mantendrás tu posición, y serás coherente. Por ejemplo, si tienes claro que ya no quieres una relación con alguien porque te hace daño, no quedes otra vez, no le cojas el teléfono, si lo has dejado no flaquees y sé consecuente con tu decisión con lo que ello implica. ¿Y porque resulta esto tan difícil? ¿Por qué volvemos a caer en la misma trampa y volvemos a engancharnos y entrar al trapo?
Quizá porque con esa persona que nos busca tenemos un enganche y es muy costoso y doloroso soltar . Seguir enganchados entrando al trapo es no soltar y seguir unidos aunque sea por la rabia, rencor, resentimiento, no sólo se está unido por el amor también por el odio. Quizá porque nos gusta sentirnos buscados..., pero mira a ver a que precio.
La expresión ‘Entrar al trapo’ se refiere al hecho de caer en una provocación o trampa.
Su origen lo encontramos en el mundo de la tauromaquia ya que ‘entrar al trapo’ es la acción que hace el toro al acudir a la llamada (o cite) que efectúa el torero (o alguno de sus asistentes) con el capote y/o la muleta (en este caso ‘trapo’).
De ahí que utilicemos de forma habitual y coloquialmente dicha expresión para referirnos al momento en el que una persona cae en una trampa, ante cualquier provocación que le hace alguien siendo el provocador el que sale ganando en el asunto, en la mayoría de los casos*.
El provocador puede ser nuestro enemigo, una persona que nos enerva, que nos saca de nuestras casillas, un jefe, un/a ex, un familiar, alguien que nos conoce y sabe donde tocar, alguien con quien sientes rabia, que no aceptas, que te cae mal, que te pincha y que te da donde más te duele, pero es una relación de ambivalencia, es decir, algo te une o unió, algo queda de lo que hubo, es como una relación de amor -odio, "lo quería pero ahora lo odio porque me ha dejado", "me caía bien pero ahora ya no lo soporto", "es un jefe del cual dependo donde me da una de cal y una de arena", puede ser un sádico gracioso y esto confunde y mucho, pero decide lo que quieres, cortar, acabar y soltar, no entres a su juego, a su manipulación, el provocador se alimenta de ti , de cada uno de tus comentarios, de tus rebotes, de tus impulsos no controlados. El que pierde eres tú, te quedas dolido, derrotado, atado, y el otro contento gracias a que tú picas el anzuelo y caes en su trampa. Es una relación tóxica y de dependencia, atrévete a ser libre. Olvídate de personas tóxicas que no aportan nada positivo a tu vida, este tipo de relación es insana, aunque creas que te da vidilla , te quita la energía, y te mantiene atado a ella. No caigas en la trampa de "que por contestarle eres una valiente", o "le digo lo que no quiere oír y nadie se atreve", porque ellos no escuchan, solo se alegran cuando tú ya has picado, así que no le des el gusto y retírate, cállate, vete, suelta, sé un toro manso que se va cuando su provocador le pone delante la muleta.
Alicia Monzó.
El provocador puede ser nuestro enemigo, una persona que nos enerva, que nos saca de nuestras casillas, un jefe, un/a ex, un familiar, alguien que nos conoce y sabe donde tocar, alguien con quien sientes rabia, que no aceptas, que te cae mal, que te pincha y que te da donde más te duele, pero es una relación de ambivalencia, es decir, algo te une o unió, algo queda de lo que hubo, es como una relación de amor -odio, "lo quería pero ahora lo odio porque me ha dejado", "me caía bien pero ahora ya no lo soporto", "es un jefe del cual dependo donde me da una de cal y una de arena", puede ser un sádico gracioso y esto confunde y mucho, pero decide lo que quieres, cortar, acabar y soltar, no entres a su juego, a su manipulación, el provocador se alimenta de ti , de cada uno de tus comentarios, de tus rebotes, de tus impulsos no controlados. El que pierde eres tú, te quedas dolido, derrotado, atado, y el otro contento gracias a que tú picas el anzuelo y caes en su trampa. Es una relación tóxica y de dependencia, atrévete a ser libre. Olvídate de personas tóxicas que no aportan nada positivo a tu vida, este tipo de relación es insana, aunque creas que te da vidilla , te quita la energía, y te mantiene atado a ella. No caigas en la trampa de "que por contestarle eres una valiente", o "le digo lo que no quiere oír y nadie se atreve", porque ellos no escuchan, solo se alegran cuando tú ya has picado, así que no le des el gusto y retírate, cállate, vete, suelta, sé un toro manso que se va cuando su provocador le pone delante la muleta.
Alicia Monzó.
