sábado, 27 de abril de 2013

Optimismo que no falte.

Optimismo para superar la crisis

Para afrontar las pérdidas que comporta la crisis económica, los especialistas proponen aceptar la propia realidad y aplicar una actitud optimista.
  • Autor: Por CLARA BASSI
  
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La crisis ha supuesto numerosas pérdidas económicas, laborales, de estatus y de vivienda para muchas personas. Pero por más difícil que sea la situación, siempre hay un camino y una solución posible. Dicen los expertos en psicología positiva que la receta para superar la crisis es el optimismo. Este artículo describe esta actitud frente a la vida y ofrece las seis reglas de oro para ser optimista.
"Mira siempre el lado bueno de la vida", decía una de las canciones de la irreverente pero desternillante comedia 'La vida de Brian'. Y esta es la receta que los expertos en psicología positiva proponen para afrontar y superar la crisis y las pérdidas económicas, materiales, laborales, de estatus e, incluso, de vivienda que comporta. Aun en el peor de los supuestos, siempre es posible tomar distancia y aplicar la actitud optimista. Incluso, en plena crisis, ha surgido un movimiento ciudadano, La Liga de Optimistas de España, que apoya la visión positiva de la vida, del mundo y del futuro.
"El optimismo es la manía de intentar siempre ver lo bueno de las cosas o esperar que en el futuro sean mejor, a pesar de que la situación de partida o presente sea mala", dice José Elías Fernández, psicólogo sanitario, especialista en hipnosis y coordinador del Grupo de Humor y Optimismo del Colegio Oficial de Psicólogos (COP) de Madrid. "Es una actitud frente a la vida y, más que hablar de personas optimistas, hay que hacerlo de optimismo, ya que según el momento o la circunstancia, se tiene una mayor o menor predisposición a esta actitud", dice Juan Cruz, psicólogo clínico, consultor comunicador y miembro del Grupo de Optimismo y Humor del COP, de Madrid, que en fechas recientes ha celebrado en la capital española la primera jornada "El humor y el optimismo como herramientas terapéuticas".

Optimismo realista e inteligente

Ser optimista no significa sentarse y esperar, sino aceptar una situación e intentar transformarla en oportunidades
Ser optimista no quiere decir sentarse para esperar un milagro, lo que podría calificarse de optimismo ilusorio, o caer en una actitud positiva excesiva, porque sería hacerlo en una falsa confianza de "no pasa nada", además de contraproducente, por la enorme frustración que puede generar que se incumplan ciertas expectativas. Significa decantarse por un optimismo realista, el de las personas que parten de la realidad y actúan para mejorarla.
Además, la condición idónea es la que los especialistas denominan "disposicional' o general, la de quienes esperan que la vida les funcione bien en todos los ámbitos, frente al situacional o parcial, que es la de quienes aguardan que solo les vayan bien en determinados aspectos (personal, social o laboral).
Debe ser un optimismo emocionalmente inteligente, que consiste en transformar las emociones negativas que conlleva una circunstancia adversa como la actual crisis (incertidumbre, miedo, dolor, rabia, frustración, tristeza, etc.) en otras no negativas o adaptativas, cuando se valoran los aspectos favorables de la coyuntura con la razón, de ahí el calificativo de inteligente.

Del pensamiento positivo a la acción

"Por lo general, cuando una persona piensa que le va a ir mal, tiene esa profecía autocumplida a nivel emocional y mental, consciente o inconscientemente, para que le vaya mal", destaca José Elías Fernández. En cambio, pensar en positivo ayuda a proyectarse hacia las metas deseadas y conseguirlas.
Así, perder un empleo puede ser una oportunidad para triunfar, dejar de desempeñar un trabajo que genera insatisfacción y proyectarse hacia nuevos objetivos laborales o vitales y buscar aquello que gusta y realiza. "Nadie triunfa si no ha pensado antes en triunfar. El pensamiento es energía en movimiento. Cuando una persona piensa de manera reiterada en algo, lo atrae o lo moviliza para atraerlo", afirma José Elías Fernández.
Pero el pensamiento positivo no basta por sí solo para conquistar las metas soñadas. Los expertos coinciden en que el optimista no se sienta y espera, sino que llega a una aceptación activa de la situación y, por negativa que esta sea, extrae consecuencias positivas e intenta mirar más allá para transformarla en oportunidades.
De esta manera, en el caso de que una persona esté parada, no debe permitir que el desempleo mine su autoestima. Si tiene cubiertas sus necesidades básicas, puede concederse un tiempo para recuperarse de la adversidad, la tristeza y angustia que la pérdida del trabajo le haya ocasionado, conectar con sus potencialidades y capacidades y decidir qué hacer con su tiempo libre: disfrutar de su familia y de sus hobbies, formarse, buscar otro empleo o decidirse por el autoempleo. Y, si no las tiene cubiertas, debe conectar con redes de apoyo familiar o los recursos sociales de su ciudad y, desde ahí, intentar revertir la situación, plantea Juan Cruz. "La vida es movimiento, si uno se para, se muere", recuerda.
Este experto apuesta por cultivar el optimismo mediante el contacto con la naturaleza; aceptar las propias emociones y empatizar con las de los demás; el cuidado de uno mismo, tanto en la vertiente física y psicológica como social; evitar las situaciones y personas tóxicas; y cultivar la solidaridad social y lo trascendente de la vida.

Seis reglas de oro para ser optimista

El optimismo es una fortaleza a la que algunos tienden más por naturaleza. Pero todos, hasta los más pesimistas, pueden entrenarla. Según José Elías Fernández, estos son algunos trucos para desarrollar esta actitud:
  1. Plantearse metas alcanzables y con sentido, pequeños logros que sean posibles conseguir. A medida que se obtienen, se refuerza la confianza en uno mismo, la felicidad, y se pueden fijar objetivos superiores. No importa que se vaya poco a poco, sino superarse cada vez más.
  2. Abrirse al exterior. El optimista tiene más relaciones con los demás, habla con amigos. Por el contrario, la persona pesimista se vuelve más retraída y ve las cosas de forma más negativa. Las actividades con los demás retroalimentan.
  3. No estar centrado en uno mismo y pensar en situaciones externas: ver que todo el mundo no está parado, sino que hay quien encuentra trabajo, y buscar modelos que sean afines a lo que uno quiere.
  4. Aceptar la propia realidad, sin fustigarse con frases negativas, sin decirse que es imposible conseguir algo. Aceptar que, a pesar de que la realidad sea dura, no significa que no puedan conseguirse objetivos dentro de esta situación. Así, en la actualidad, no se puede aspirar a empleos tan bien remunerados como los previos a la crisis, pero aún hay puestos de trabajo.
  5. Ser valiente y atreverse a hacer algo, aunque dé miedo. Un caso típico es el de quien habla mal los idiomas extranjeros porque le da vergüenza, no se atreve a hablar en público o tiene miedo de trabajar en determinados puestos.
  6. Educar la capacidad de gozo por los pequeños placeres de la vida e intentar ser un gourmet de la vida.

viernes, 26 de abril de 2013

El elefante conformista

-El elefante conformista.

Esto era un  elefante pequeñito que nació en la caravana de un circo y que,  para que no se extraviara, lo ataron  a una estaca casi tan alta como él, clavada en el piso a un costado de la carpa del circo. El animal tiraba, empujaba y luchaba tratando de soltarse y no lo conseguía por la resistencia que le oponía el fuerte madero.

            Cada día el animal se ponía de pié sobre sus patas traseras y con todas sus fuerzas buscaba desprenderse, golpeaba con su trompa y empujaba  con su cuerpo; sin embargo, la estaca se mantenía firme  y no le permitía liberarse.

            Por muchos días más el elefantito siguió insistiendo y cada vez lograba el mismo resultado. La estaca era muy fuerte para él y por más que se empeñaba  no lograba soltarse.

  Así pasaron las semanas y algunos meses hasta que un terrible día el elefantito se reconoció impotente y decidió desistir: no lograba nada, sólo alguna regañina  de su madre y algún trompazo de los otros elefantes del circo. El pobre elefantito aceptó su impotencia y se resignó a su triste destino.

            Pasó el tiempo y el elefante se hizo grande, muy grande. La estaca, que antes era alta y demasiado   fuerte  para él,  vino a transformarse en  una débil atadura insignificante para  su  fuerza y empuje. Sin embargo, el elefante, enorme animal de potencia descomunal, mantenía todavía grabados  en su memoria los fracasos  pasados y las recriminaciones de los otros elefantes del circo y éstos le habían influido para que no intentara un mínimo esfuerzo  para intentar un esfuerzo por liberarse de su ridícula estaca..

 
 Amigos, es posible que a muchos de nosotros nos esté pasando algo parecido a lo que le pasó al elefante: una frágil estaca lo ataba y le impedía   vivir libremente. Es posible  que nosotros también estemos atados a “estacas– a veces, ridículas-, pero que  nos impiden desarrollarnos plenamente  y nos quitan  libertad para dejar de salir a la persona que en el fondo somos; y  esto,  no porque no podamos derribarlas, sino porque nos han dicho, y nosotros así nos lo hemos creído, que no tenemos  fuerza para hacerlo.

 


  Hay que descubrir las viejas “estacas” que nos atan al piso de nuestro circo particular, y, al mismo tiempo, estimular nuestro ánimo para que nos atrevamos a arremeter contra ellas para liberarnos de su influencia nefasta, que nos dificulta desarrollar lo mejor de nosotros mismos.


          Como sabéis, hay “estacas” de muchas clases. Descubramos las distintas clases  de estacas que pueden tenernos atados a cada uno de nosotros para poder recobrar la libertad de ser plenamente nosotros. Sería muy buena señal que estemos convencidos que el principal obstáculo para nuestro crecimiento personal, e incluso de nuestra felicidad, no está fuera de nosotros mismos si dentro de nosotros mismos. 

 

lunes, 22 de abril de 2013

Intervención en tele


Aquí tenéis otra pequeña intervención en la tele en el programa gente, la noticia en el minuto 13:06 va sobre la edad y la felicidad, cuanto más años cumplimos más felices somos y a la vejez más, el problema es llegar claro!!!

http://www.rtve.es/alacarta/videos/mas-gente/mas-gente-20120323-1930-169/1357759/

lunes, 15 de abril de 2013

Las mañanas de la uno

El 29/11/10 hice mi mejor intervención en la televisión, fui al programa -Las mañanas de la 1- para hablar de sexo, espero que os guste. Salgo a partir del minuto 9:54 .Este es el enlace
http://www.rtve.es/mediateca/videos/20101129/manana-1---29-11-10/945233.shtml

Programa Gente en la tele.



Muchos ya sabéis que colaboro con RadioTelevisión Española, aquí tenéis el enlace de una de ellas en el programa gente el día 29/03/11 que hablé de "Flytear" es decir ligar en los aeropuertos o aviones, salgo poquito en el minuto 41, gracias y a ligar.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/gente/gente-29-03-11/1058764/

Entrevista de radio sobre el perfil del voluntariado.


Aquí está la entrevista que me hicieron en Radio Bunyol el día 10/04/2013.
Espero que os guste y aprendáis. Podéis dejar vuestros comentarios, gracias.

Charlamos en 'La Ventana Solidaria' con Alicia Monzó, psicóloga y voluntaria en el Teléfono de la Esperanza , acerca del perfil del voluntario.                        

http://www.ivoox.com/ventana-solidaria-alicia-monzo-10-04-2013-audios-mp3_rf_1940305_1.html

martes, 9 de abril de 2013

UN CUENTO...

EL CORAZÓN MÁS BELLO

          Un  buen día, un hombre joven se puso en el centro de un poblado y proclamó a gritos que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.
              Una gran multitud se congregó a su alrededor, y todos, admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni manchas ni rasguños.
              Sí, todos coincidieron en que era el corazón más hermoso que habían visto. Al sentirse admirado,el joven se sintió aún más orgulloso y,con  mayor fervor, aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.
             De pronto, un anciano se acercó y dijo:
      - ¿Por qué dices eso, si tu corazón no es, en realidad, tan hermoso como el mío?
             Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, estaba cubierto de cicatrices, e incluso había zonas donde faltaban algunos pedazos, los cuales habían sido reemplazados por otros que no encajaban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban grandes trozos.
             La gente se sintió sobrecogida. ¿Cómo puede decir que su corazón es más hermoso?, pensaron.
             El joven contempló el corazón del anciano y, al ver su deteriorado aspecto, se echó a reir.
        - Debes de estar bromeando -le dijo-. Compara tu corazón con el mío. El mío es perfecto. En cambio, el tuyo es un amasijo de cicatrices y de dolor.
        - Es cierto, dijo el anciano, tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo. Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos, a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales , quedaron los bordes, de los cuales me alegro,porque me recuerdan el amor que hemos compartido. Hubo veces en las que entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí los huecos. Dar amor es arriesgar; pero, a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza de que algún día, tal vez, regresen y llenen el vacio que han dejado en  mi corazón. ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?
                El joven permaneció en silencio. Por sus mejillas corrían las lágrimas. Se acercó al anciano,arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció.
                El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón; luego, a su vez, arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y tapó con él la herida abierta del joven. La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.
               El joven miró su corazón, que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.
¿Cómo tienes tú el corazón? ¿Das a los demás? ¿Qué es lo verdaderamente hermoso para ti? Ojalá que sea más importante el fondo que la forma para ti!!!