Relaciones de pareja tóxicas, cómo identificar el problema.
Las relaciones las construimos personas y, por tanto, no podríamos tanto hablar de relaciones “tóxicas” sino de personas “tóxicas”.
Cualquiera que, en la relación interpersonal, desgasta, intimida, cosifica al otro/a, lo culpabiliza, lo ningunea. Nos podemos preguntar los motivos que llevan a alguien a comportarse de esta manera y nos encontraremos que, casi siempre, son el miedo, los sentimientos de culpabilidad y la baja autoestima, hasta tal punto de que el afectado se vea obligado a requerir de ayuda profesional para resolverlo.
En contra de lo que pueda parecer, las personas “tóxicas” ocupan el rol de perseguidoras ( en el caso de la pareja sería “¿ quién te va a mimar si yo te dejo? Ya no vales para nada” o de víctima (si seguimos con el mismo caso “así me pagas después de lo mucho que me he sacrificado por ti”). Suelen ser personas con algún tipo de patología que debería ser tratada.
Sin embargo, la relación tóxica se inicia por celos, ambición e, incluso, por la competitividad insana con el otro por el éxito o el aprecio de terceros.Y, aquí, precisamente, es cuando el bucle de la relación “tóxica” se precipita; aquel que se considera perdedor en su relación-competición, se siente frustado y eso le lleva a provocar comportamientos perniciosos contra el “ganador” que pueden ir desde la violencia psicológica a la física.
Pero, las personas “tóxicas” no sólo forman parte de una relación sino también de la propia familia- con el consiguiente deterioro de los vínculos entre dicha persona y los demás familiares que compongan el núcleo afectado y la erosión de la convivencia- o en el trabajo, donde la persona “tóxica” genera continuos conflictos a partir de hechos inexistentes- pero existentes en su propia mente- lo cual puede acabar en una situación de mobbing laboral del afectado por el trabajador “tóxico” y por todos aquellos que, no tan sólo le prestan oídos, sino también otorgan veracidad a todo cuanto pueda decir- por muy retorcido que sea. De nuevo, los celos y, en realidad, la falta de amor propio, se hallan en la raíz de este comportamiento.
Cómo reconocer a las personas “tóxicas”
Todas ellas parecen seguir un mismo patrón, tanto a nivel mental como conductual. Poseen una habilidad especial para crear conflictos a su alrededor, habitualmente involucran a diversas personas, con el afán de sentir que poseen cierto poder ya que pueden adoptar dos roles:
- Víctima de la situación lo cual es propio de personas inmaduras o con falta de atención a nivel afectivo, desde temprana edad e inseguros. Quienes adoptan este papel son personalidades que nunca “están en su sitio”, que siempre se sienten maltratados por los otros lo cual derivará necesariamente en su inadaptación ya sea a nivel de pareja, familiar o laboral.
- perseguidor: son aquellos que se sienten dueños de la situación, satisfechos por el mero hecho de haber causado un conflicto.Suelen ser individuos sobreprotegidos o hipersobreprotegidos en su infancia, acostumbrados a tenerlo todo cuándo y cómo lo quieren. Muy vitales, suelen tener una agresividad verbal mal contenida.
Qué es una relación de pareja tóxica
Es aquella en la cual una o las dos personas sufren mucho más de lo que experimentan felicidad y placer por estar juntos.Observamos, además:
- Uno de los miembros o ambos se ven sometidos a un gran desgaste en el intento de que la relación no se vaya a pique.
- Provocan más insatisfacción que felicidad.
- Las sensaciones de bienestar o placer que proporcionan son muy breves.
- Muchas veces, es necesario pasar por alto numerosos incidentes que, de darles la importancia que tienen,objetivamente, pondrían en peligro la relación de la pareja.
- Es frecuente que uno o ambos miembros de la pareja provoque una profunda tristeza
- Se utilizan mecanismos como los sentimientos de culpabilidad y la ironía para manipular al otro lo cual produce una disminución de la autoestima y problemas de decisión.Por ello, suele ser tan difícil acabar con una relación de pareja “tóxica” ya que el miembro victima puede llegar a diluirse en su personalidad y no reconocerse frente al supuesto poder del miembro perseguidor.
- Habitualmente, la víctima cree que podrá cambiar al perseguidor aunque esté le haya contado anteriores relaciones “tóxicas”.
- Al mismo tiempo, la víctima posee una baja autoestima ya antes de empezar la relación con lo cual piensa que nadie le va querer o aceptar cómo es. Habitualmente, además, la víctima está necesitada de muestras de cariño, procedentes de etapas muy anteriores de su vida y está dispuesto a cambiar el cariño por otras demostraciones de afecto, sexo, regalos, what’s app interminables,…
- El miedo a la soledad, al abandono o al rechazo , especialmente de la víctima, pero también del perseguidor.
- El perseguidor suele buscar cosas nuevas para una vida algo monotóna. Por eso, uno o ambos miembros sólo ven la parte atrayente del otro, que es la que se deja ver, para seducir.
- Uno de los miembros puede tener la necesidad de cumplir un rol social que, quizás le corresponde en otras facetas de su vida, por ejemplo; casarse, tener una casa con jardín, un coche y un ascenso en el trabajo.Sin embargo, puede que el otro miembro siga anclado en su Síndrome de Peter Pan y Complejo de Wendy. Cuando se quieren cosas distintas y se tienen distintas prioridades, se puede intentar enmascarar la realidad y mantener las apariencias pero el precio que se deberá pagar es, probablemente, que la relación se “toxificará”.
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