lunes, 27 de mayo de 2013

La alegoría del águila.


 Me gusta mucho está historia porque define muy bien para mí que autoconcepto tenemos de nosotros, ¿que nos creemos que somos? ¿lo que nos han dicho?¿nos estamos limitando?

LA ALEGORÍA  DEL ÁGUILA (James Aggrey)

 

       Érase una vez un hombre que, mientras caminaba por el bosque, encontró un aguilucho. Se lo llevó a su casa y lo puso en su corral, donde pronto aprendió a comer la misma comida de los pollos y a conducirse como éstos. Un día, un naturalista que pasaba por allí le pregunto al propietario porqué razón un águila, el rey de todas las aves y los pájaros, tenía que permanecer encerrada en el corral con los pollos.

  - Como le he dado la misma comida que a los pollos y le he enseñado a ser como un pollo, nunca ha aprendido a volar - respondió el propietario -. Se conduce como los pollos y, por tanto, ya no es un águila.

- Sin embargo - insistió el naturalista -, tiene corazón de águila y, con toda seguridad, se le puede enseñar a volar.


       Después de discutir un poco más, los dos hombres convinieron en averiguar si era posible que el águila volara. El naturalista la cogió en brazos suavemente y le dijo: "Tu perteneces al cielo, no a la tierra. Abre las alas y vuela". El águila, sin embargo, estaba confusa; no sabía qué era y, al ver a los pollos comiendo, saltó y se reunió con ellos de nuevo.

 
       Sin desanimarse, al día siguiente, el naturalista llevó al águila al tejado de la casa y le ánimo diciéndole: "Eres un águila. Abre las alas y vuela". Pero el águila tenía miedo de su yo y del mundo desconocido y saltó una vez más en busca de la comida de los pollos.

       El naturalista se levantó temprano al tercer día, sacó al águila del corral y la llevó a una montaña. Una vez allí, alzó al rey de las aves y le animó diciendo: "Eres un águila. Eres un águila y perteneces tanto al cielo como a la tierra. Ahora abre las alas y vuela".


       El águila miró alrededor, hacia el corral, y arriba, hacia el cielo. Pero siguió sin volar. Entonces el naturalista la levantó directamente hacia el sol; el águila empezó a temblar, a abrir lentamente las alas y, finalmente, con un grito triunfante, se voló alejándose en el cielo.


       Es posible que el águila recuerde todavía a los pollos con nostalgia; hasta es posible que, de cuando en cuando, vuelva a visitar el corral. Que nadie sepa, el águila nunca ha vuelto a vivir vida de pollo. Siempre fue águila, pese a que siempre fue mantenida y domesticada como un pollo.




       Al igual que el águila, la persona que ha aprendido a pensar por sí misma como algo que no es, puede volver a decidirse a favor de sus verdaderas posibilidades. Puede convertirse en triunfadora.

Tras la lectura comprendas mejor lo que te comentaba al principio, si crees que eres un águila posees una cualidades ni mejor ni peor que el pollo, diferentes ,pero tenemos que saber que somos, quien soy , y con que cualidades cuento para ir por la vida.
Deja tus comentarios ,muchas gracias.

3 comentarios:

  1. Alicia,
    Por más que intento dejar comentarios..., vamos a ver esta vez,

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  2. Alicia,
    Ya parece que le he pillado el truquillo. Decía que me ha gustado mucho la alegoría. Yo pienso que somos lo que somos más lo que podemos llegar a ser. El águila no se sabía ave rapaz capaz de volar hasta que alguien le susurra sus potencialidades.
    También yo con tu ayuda, he descubierto que aunque no puedo volar como un águila puedo ser tan libre como el.
    Gracias Alicia por compartir estas reflexiones.
    Te veo esta tarde, un abrazo.

    Patricia Gil.

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  3. Gracias a ti Patricia, por tu comentario, muy interesante tu comentario ya que a veces estamos esperando que alguien nos descubra lo que somos, porque nosotros no lo vemos, y como tu dices a veces solo hace falta un susurro...Tu te has identificado con la cualidad de ser libre pero yo te digo que puedes volar (metafóricamente hablando claro!!),solo hace falta descubrir nuestros potenciales y sacarlos. Un abrazo

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