miércoles, 13 de agosto de 2014

La importancia de dormir bien ¿Cómo puedo mejorar mi sueño?
Resumen: El sueño es una rutina diaria de vital importancia para nuestro bienestar físico y mental, a la que no prestamos en general la atención que se merece.
dormir bien

 


   
La importancia de do
                  
 
Según la Organización Mundial de la Salud, un adulto debe dormir entre 7 y 8 horas cada noche para garantizar su bienestar físico y psicológico. Esta recomendación, que muchas veces pasamos por alto, tiene mucha más importancia de la que a simple vista puede parecer.
¿Cómo suele ser tu sueño habitual? ¿Sueles dormir bien, o por el contrario sueles tener problemas? ¿Y hoy, cómo has dormido? Estas preguntas, inofensivas a simple vista, esconden mucha más importancia de la que parece. La calidad de nuestro sueño tiene mucho que decirnos acerca de nuestro funcionamiento físico y psicológico.

¿Qué nos pasa cuando no dormimos bien?

A nivel físico, todos hemos notado las consecuencias que una mala noche trae al organismo, y más aún si las malas noches han ido encadenándose; nos sentimos cansados, sin ganas de realizar esas actividades que tanto nos gustan, como salir a dar una vuelta, salir a cenar o realizar deporte.
A la vista está que la falta de sueño debilita nuestro organismo. Es más, aquellas personas que duermen menos de 6 horas cada noche tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
A nivel psicológico es bien fácil, también, reconocer las consecuencias de una o varias malas noches: nuestro cerebro se vuelve improductivo y aquellas actividades que necesitan concentración y atención se vuelven demasiado densas y pesadas.

¿Por qué es importante dormir bien?


De la misma forma que nuestro déficit de sueño reparador se refleja en nuestras actividades físicas y mentales, dormir placenteramente también deja huellas. Algunas de estas huellas son perfectamente apreciables a corto plazo, otras de ellas lo son a largo, mientras que otras se basan en su carácter preventivo.
Una buena calidad del sueño establece una renovación física y emocional necesaria, porque:
-A nivel físico, el cuerpo recibe el descanso necesario para afrontar otro frenético día de actividad. Esto es más importante si cabe en el caso de los niños; en las etapas de sueño se genera la hormona del crecimiento por lo que podemos decir que mientras duermen, ¡crecen!
-A nivel cerebral, el sueño permite ordenar la información aprendida durante todo el día; deshecha aquella que no sirve, y codifica aquella significativa. El sueño, por tanto, es especialmente importante en estudiantes y otras personas que necesitan de su memoria para desempeñar funciones.
Por si esto fuera poco, un estudio realizado por Nedergaard y colegas en la Universidad de Rochester ha demostrado que dormir frena el deterioro del cuerpo y del cerebro; cuando dormimos, nuestras células se contraen y dejan más espacio entre ellas, espacio que ocupa el líquido cerebroespinal.
Este líquido es el encargado de expulsar las proteínas y residuos neuronales, residuos entre los que se encuentran aquellos vinculados a las demencias. Podemos afirmar, por tanto, que dormir limpia nuestro cerebro y lo previene de enfermedades como el Alzheimer y otras demencias.

¿Cómo puedo mejorar mi sueño?

Una vez concienciados de la importancia que tiene dormir bien, es muy fácil llegar a formularnos la siguiente pregunta: ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra calidad de sueño?.
Existen algunas recomendaciones que pueden ayudarnos a ello. Por ejemplo:
-Establecer una rutina de sueño es esencial para conseguir un sueño ordenado. Esta rutina pasa por calcular un número de horas de sueño (entre 7 y 8) que deberemos respetar día sí y día también, y programar el horario de nuestros días para llevarlo a cabo.
De la misma manera, tendremos también que determinar a qué hora nos vamos a acostar y a qué hora nos vamos a levantar. Sea entre semana o sea fin de semana, deberemos cumplir este horario con las mínimas variaciones posibles.
-Intentar dormir del tirón. Las horas de sueño programadas deben ser seguidas. Dormir a ratos quita mucha calidad al sueño. Es mejor dormir menos horas del tirón, que muchas horas intermitentes. Si queremos hacer siesta, debe ser corta y en las horas centrales del mediodía.
-Evita tomar bebidas estimulantes una vez pasado el mediodía. Cámbialas por bebidas calmantes. Evita, también, tomar alcohol por la tarde y noche.
-Procura que tu habitación sea un espacio agradable para ti. Mantén el orden y procura que la temperatura se sitúe alrededor de los 18-20º. No tengas ordenadores conectados. Sus ondas pueden afectar a tu sueño.
-En los momentos previos, realiza actividades relajantes que no requieran demasiada concentración y que puedas terminar con facilidad.
-Si sientes que tienes muchos pensamientos en la cabeza y estos pueden entorpecerte el sueño, escríbelos; de esta manera, la mente quedará liberada y esto te ayudará a dormir mejor.
Podemos aplicar estos consejos poco a poco, aceptando que sus aplicaciones y resultados mejoran con la práctica. De esta forma, notaremos como a medida que pasan los días vamos consiguiendo un sueño más reparador. Y esto, sin duda, quedará reflejado en nuestro día a día, tanto a nivel físico como mental.

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